Un juzgado de Vitoria ha condenado al BBVA a abonar 41.725 euros a un cliente al que asesoró para la compra de aportaciones financieras subordinadas de Eroski, ofreciéndole una "información sesgada y parcial" sobre estos productos de riesgo.

La sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 5 de Vitoria, que puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial de Álava, constata que el cliente "no fue sometido a test de idoneidad alguno" a la hora de adquirir estos productos "complejos".

De hecho, el juez indica que el demandante es "un modesto empresario, del sector de la electricidad, sin formación académica o económica alguna".

El fallo explica que las aportaciones subordinadas pueden ser vendidas por su titular en el mercado secundario, aunque siempre con el "riesgo", del que recuerda que se ha convertido en "realidad", de que "el precio de cotización se pudiera situar en nivel inferior a su valor nominal".

Además, añade que se trata de "productos complejos, de elevado riesgo", porque "el vencimiento no tiene lugar hasta la liquidación de la cooperativa, y si bien pueden ser amortizadas dentro del quinto año desde la fecha de desembolso(...), ello es facultad exclusiva de la emisora".

El juez subraya que, a pesar de todo ello, el gestor bancario no informó al cliente de que estas aportaciones "podían tener un carácter perpetuo".

La sentencia considera que resulta "lacerante" la actuación "tan rápida" de la entidad financiera, sobre la que afirma que "evita dar toda audiencia o información a la parte actora, para que adquiriera rápidamente el producto financiero".

El juzgado considera probado que el cliente recibió "una información sesgada y parcial por parte del gestor". Por todo ello, declara la nulidad del contrato de estas aportaciones y obliga al BBVA a abonar al demandante 41.725 euros, suma de la que hay que descontar los intereses generados al cliente por el producto contratado.