La pregunta soberanista "es inclusiva", pero los politólogos divergen en si es clara

  • El catedrático de Ciencias Políticas de la UPF Francesc Pallarès cree que la fórmula elegida "salva los muebles a los partidos".
  • No es clara porque la primera parte del enunciado "despoja al Estado de su esencia" pues se suele equiparar a independencia.
  • El profesor de la misma materia Ferran Requejo cree que es clara, neutra y permite cuantificar cuánta gente quiere cambiar el statu quo.
  • Ambos expertos opinan que la fórmula elegida puede dar cabida a independentistas y federalistas.
El presidente catalán, Artur Mas, comparece para anunciar la pregunta y la fecha de la consulta soberanista que ha pactado con los líderes de ERC, ICV-EUiA y la CUP, presentes en el acto. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, contestó poco después que la posible consulta soberanista "es inconstitucional y no se va a celebrar".
El presidente catalán, Artur Mas, comparece para anunciar la pregunta y la fecha de la consulta soberanista que ha pactado con los líderes de ERC, ICV-EUiA y la CUP, presentes en el acto. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, contestó poco después que la posible consulta soberanista "es inconstitucional y no se va a celebrar".
ALEJANDRO GARCÍA / EFE
El presidente catalán, Artur Mas, comparece para anunciar la pregunta y la fecha de la consulta soberanista que ha pactado con los líderes de ERC, ICV-EUiA y la CUP, presentes en el acto. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, contestó poco después que la posible consulta soberanista "es inconstitucional y no se va a celebrar".

"¿Quiere que Cataluña sea un Estado? Y en caso afirmativo, ¿quiere que sea un Estado independiente?". Esta es la pregunta que este jueves han pactado CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP, y todos ellos han señalado que el enunciado es "claro e inclusivo". Sin embargo, los politólogos consultados por 20minutos no lo tienen tan claro.

"De clara, no tiene nada", afirma Francesc Pallarès, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). "Es una pregunta extraña. La parte clara es la segunda, pero la otra confunde", matiza. La primera parte de la cuestión "despoja al Estado de su esencia" pues se suele equiparar Estado a independencia.

En este sentido, explica que se sobreentiende que un estado es independiente. "Parece que quiera votarse una cuestión semántica", bromea. Otra cuestión semántica es la del uso del verbo "querer" que Pallarès atribuye a un intento de dar un mayor énfasis a la pregunta. Sin embargo, para el profesor de Ciencias Políticas de la UPF Ferran Requejo el verbo elegido es más neutro que otros como, por ejemplo, gustar o estar de acuerdo.

En cualquier caso, y a diferencia de su colega, opina que la pregunta sí es clara. "Las consultas de cualquier lugar del mundo deben cumplir dos requisitos: que sea clara, comprensible, y que sea neutra, es decir, que no incite a votar sí o no, y esta cumple ambos", afirma.

Ambos coinciden en afirmar que la fórmula elegida es inclusiva pero con matices. Para Requejo, es totalmente inclusiva pues permite que un socialista vote que sí a la primera parte del enunciado (porque pregunta por un Estado, que puede ser federal, confederado, independiente...) y que no, a la segunda, mientras que un independentista votará que sí a las dos. Además, y contraposición con la pregunta elegida en Escocia, permite cuantificar cuánta gente está en contra del statu quo actual.

En cambio, Pallarès opina que "es una pregunta para salvar los muebles", indica Pallarès, en referencia a que puede satisfacer tanto a las formaciones más independentistas, como ERC y la CUP, a los más federalistas, como el PSC y Unió.

En su opinión, es necesario tener en cuenta que la pregunta llega tras un proceso que "está viciado" porque algunos partidos quieren ejercer el derecho a decidir (PSC e ICV-EUiA) mientras que otros quieren ejercer el derecho a decidir sobre la independencia (CiU, ERC y la CUP).

Sobre si la consulta se celebrará el 9 de noviembre, Pallarès cree que "es difícil" porque el Estado no autorizará una consulta sobre la independencia ni permitirá que se celebre de forma ilegal. Otros politólogos han preferido no pronunciarse porque pueden pasar muchas cosas a lo largo de un año. Para Requejo, su celebración dependerá del "juego político".

En unos meses, podría convocarse gracias a la ley de consultas catalanas pero es más que probable que sea recurrida por el Gobierno central, lo que dejaría a los partidos soberanistas ante varios escenarios. Si fuera como las consultas independentistas que se celebraron entre 2009 y 2011 en distintas poblaciones de Cataluña, entre ellas Barcelona, "no tendría ningún valor", agrega Pallarès.

Preguntado por si el 51% de los votos sería suficiente en caso de que ganaran el sí en las dos preguntas, Requejo recuerda que en todas las democracias del mundo la mayoría es la mitad más uno. Además, agrega que el porcentaje de participación es irrelevante salvo que se pacte un mínimo, como se hizo en Montengro. "Pero en referéndums independentistas suele ser alta y, de hacerse, superará el 70%", vaticina.

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