Hacia 1960, Joan Colom (Barcelona, 1921) empezó a realizar fotografías en las calles del Barrio Chino de Barcelona. Se había aficionado a las fotos un par de años antes y estaba cansado de los academicismos de las agrupaciones gremiales de aficionados la ciudad. En el ámbito de prostitución, picardía y oscuridad del Raval encontró los temas que de verdad le interesaban. Con el tiempo, Colom se convirtió en el gran cronista de la Barcelona más canalla y marginal.

Es muy adecuado, dado el estilo del fotógrafo, el título de la gran exposición organizada por el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC): Jo faig el carrer (Yo hago la calle). Estará en cartel hasta el 25 de mayo; tiene el carácter de una integral, con 500 obras datadas entre 1957 y 2010, durante la larga vida activa del fotógrafo, y elige como hilo conductor el tema que más desarrolló: la vida en las calles barcelonesas.

El fotógrafo, que actualmente se encuentra delicado de salud, expresó el deseo de exponer su obra ates de morir, ha señalado Pepe Serra, director del MNAC, museo al que Colom cedió en 2012 un archivo personal con más de 9.000 originales. Entre 1964 y los años noventa Colom sufrió un parón porque una de las mujeres a las que había retratado clandestinamente en el Raval le denunció y el fotógrafo sufrió un gran trauma. Cuando reemprendió la actividad su obra anterior empezó a ser redescubierta junto a la de otros vanguardistas de la fotografía española de entre 1950 y 1960.

Aunque había estudiado contabilidad y trabajó hasta los 36 años llevando las cuentas en una empresa, Colom se apasionó por las fotos a mediados de los años cincuenta y aprendió por sí mismo las técnicas de toma, revelado y positivado. Al igual que otro fotógrafo sediento de calle, Garry Winogrand, trabajaba a ciegas, sin utilizar el visor, disparando desde la mano o la cintura. Dado el riesgo potencial de hacer fotos en la zona de prostitutición del Raval, era la mejor técnica.

Parte de las fotos de aquella serie sin parangón en la fotografía española —durante los años cincuenta la prostitución era delito y el franquismo, aún cuando toleraba los burdeles, no deseaba que fuese exhibido el negocio del sexo— formaron parte del libro Izas, rabizas y colipoterras: drama con acompanimiento de cachondeo y dolor de corazón, donde las imágenes en rotundo blanco y negro de Colom estaban acompañadas por un texto de Camilo José Cela, que se ha convertido, dicen desde el MNAC, "en una de las obras maestras de la fotografía española del siglo xx y en uno de los iconos de la Barcelona moderna".

Aunque nunca creyó que su trabajo tuviese la hondura neorrealista que tenía ("yo no sabía que hacía fotografía social, buscaba imágenes que me emocionaran, busco ser una especie de notario de la época", declaró años más tarde en una entrevista), Colom fue "el mejor reportero gráfico de todos los tiempos en España", según escribió el crítico de referencia de la época, Josep Maria Casademont, gran admirador de la obra "dinámica, aleatoria y serial" del autor.

Entre las fotos de su primera época, de 1957 a 1964, cuyo núcleo es el conjunto de imágenes del Barrio Chino, la exposición presenta también los trabajos tempranos de Colom, sus reportajes sobre el mercado del Born y el barrio del Somorrostro, así como varias series que dan cuenta de sus intentos fallidos de profesionalizarse. La muestra revela también los lazos que mantenía con otros fotógrafos de su generación y su implicación en el grupo El Mussol. El trabajo tardío, en su mayor parte aún inédito, realizado a lo largo de las últimas tres décadas y que ocupa tres cuartas partes de su archivo y está realizado en color, es una de las grandes novedades de Jo faig el carrer.

Colom fue galardonado con el Premio Nacional de Fotografía en 2002 en reconocimiento al valor histórico de toda su trayectoria y su personal aportación a la fotografía española y su serie fotográfica sobre el barrio del Raval ha sido expuesta en numerosas ocasiones y en varios museos de referencia.