Los socios trabajadores de Edesa que este pasado martes iniciaron una 'Martxa Azul' entre la planta cerrada de Basauri (Bizkaia) y las instalaciones de la Corporación Mondragon en Arrasate (Gipuzkoa) para reclamar su recolocación en otras cooperativas de ésta han afirmado, tras finalizar esta movilización, que continuarán sacando su "problema" a la calle porque las posturas "están enquistadas".

En declaraciones a Europa Press, un portavoz de los trabajadores de Edesa ha explicado que la primera jornada de esta marcha comenzó este pasado martes a las 08.00 horas en las instalaciones de fábrica para finalizar en Apatamonasterio, donde el medio centenar de trabajadores pasaron noche en el albergue municipal.

Este miércoles la movilización ha continuado hacia Arrasate con una parada para sumarse a más trabajadores de Basauri que han llegado en autobús así como a compañeros de Fagor Electrodomésticos. Una vez en la localidad guipuzcoana han sido recibidos por más compañeros que les han ofrecido caldo para reponer fuerzas tras la marcha.

A continuación, se han dirigido a la sede de la Corporación Mondragon para proceder a la lectura de un comunicado con sus reivindicaciones y se han encontrado "con las ventanas bajadas", algo "bastante simbólico de cual es su actitud, que parece no quiere cambiar", ha explicado el portavoz.

A través del citado texto han pedido el mantenimiento de los negocios "viables" como, a su juicio, lo son el de confort (calderas y calentadores) de Basauri, Bergara y Eskoriatza, junto a las líneas de lavadoras y lavavajillas de Garagarza.

También han solicitado recolocaciones y prejubilaciones, es decir, "las mismas obligaciones, los mismos derechos para todos los trabajadores".

El portavoz de la plantilla de Edesa ha señalado que "después de las palabras de los políticos y los enfados que tiene el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao" habrá que ver si la Corporación Mondragon "reacciona un poquito".

En este sentido, ha indicado que continuarán con el encierro que llevan a cabo desde el pasado 5 de noviembre en el exterior de la fábrica de Basauri y desde ahí "irán surgiendo nuevas iniciativas porque las posturas están enquistadas".

"Tendremos que seguir sacando nuestro problema a la calle porque cerrando las persianas no se arregla nada, por no ver el problema no desaparece", ha concluido.