Una muestra sobre 'El principito' conecta el libro de Saint-Exupéry con la ciudad de Nueva York

  • El escritor huyó de Francia cuando fue ocupada por los nazis, escribió la obra durante los dos años que pasó en la Gran Manzana exiliado y la publicó allí.
  • En el 70º aniversario de la novela corta, la biblioteca-museo Morgan de Nueva York anuncia una exposición con el manuscrito y las ilustraciones originales.
  • El documento contiene descartes que mencionan la ciudad estadounidense, se refieren a la dieta vegetariana del Principito, a su estancia en la Tierra...
Boceto para 'El Principito' con manchas de café y quemaduras de cigarro
Boceto para 'El Principito' con manchas de café y quemaduras de cigarro
The Morgan Library & Museum, New York - © Estate of Antoine de Saint-Exupéry - Photo: Graham S. Haber, 2013
Boceto para 'El Principito' con manchas de café y quemaduras de cigarro

"Nunca les he contado a los adultos que no soy de este mundo. He escondido el hecho de que en el fondo siempre he tenido cinco o seis años y, por tanto, les he ocultado mis dibujos. Pero me encanta enseñárselos a mis amigos. Estos dibujos son mis recuerdos". Escrito por Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), el pasaje es un descarte de El Principito, la novela corta con la que el aristócrata, autor literario y piloto de aviones sigue cautivando a generaciones de lectores.

La confesión otorga una importancia decisiva a las ilustraciones que realizó para la obra y las revela como una parte íntima de la personalidad del autor. No es casualidad que las palabras sean del aviador narrador de la historia a propósito de cómo los adultos lo desanimaron a seguir una carrera artística y le aconsejaron centrarse en materias como las matemáticas y la geografía.

Con motivo del 70º aniversario de la publicación de la novela corta que hizo inmortal a Saint-Exupéry, la biblioteca-museo Morgan de Nueva York anuncia la inauguración el 24 de enero de The Little Prince: A New York Story (El Principito: una historia de Nueva York), una sorprendente exposición que descubre la decisiva importancia que la Gran Manzana tuvo en la creación de la obra.

Manchas de café y quemaduras de cigarro

Se había exiliado de Francia cuando el país fue invadido por la Alemania nazi. En Nueva York, él y su mujer Consuelo Suncín de Sandoval (artista y escritora franco-salvadoreña) vivieron dos años. Saint-Exupéry desarrolló la historia en varios lugares de la ciudad, incluyendo el apartamento de Park Avenue de su amiga la periodista neoyorquina Silvia Hamilton: el caniche negro que merodeaba por el piso le sirvió de modelo para dibujar ovejas y un muñeco de trapo para diseñar al inolvidable protagonista.

Hamilton fue también la depositaria del manuscrito. "Me gustaría darte algo espléndido, pero esto es todo lo que tengo", le dijo a la periodista cuando ya se preparaba para abandonar la ciudad vestido de uniforme y listo para luchar con los aliados en la última fase de la II Guerra Mundial.  Metido en una bolsa de papel estaba el manuscrito y los dibujos de El Principito, adquiridos en 1968 por la biblioteca-museo.

El centro exhibirá hasta el 27 de abril una selección de 25 páginas de las 140 del borrador, el testimonio más completo de la obra. En los finos folios (fabricados en los EEUU, como revela la marca de agua) figuran decisiones creativas, escenas y elementos descartados, tachones, manchas de café y quemaduras de cigarro...

La pulsera de identificación encontada en el mar

Eliminó partes en las que mencionaba Manhattan, Long Island e incluso el Rockefeller Center; no incluyó el episodio que narra la época del Principito en la Tierra, cuando tuvo un encuentro con un vendedor que intentó convencerlo de que comprara un libro de mercadotecnia. También decidió descartar las alusiones a la dieta vegetariana del personaje, que cultivaba en su pequeño planeta verduras pero no frutas: los árboles ocupaban demasiado espacio.

No vivió para ver publicado su trabajo en Francia, donde El Principito se editó tras la guerra, y se marchó de Nueva York cuando los primeros ejemplares de la obra salían de la imprenta en abril de 1943. Antes de marcharse a pilotar (su avión desapareció en 1944 durante un vuelo de reconocimiento y nunca se encontró el cuerpo) sólo autografió un puñado de ejemplares para amigos. La exposición presenta por primera vez el libro que dedicó al hijo de 12 años de Hamilton, uno de los primeros niños en saber de la novela corta.

Además de las palabras y de los dibujos —algunos mostrados al público por primera vez— la muestra recoge fotografías del autor en Cerdeña semanas antes de su misión final; documentos curiosos como el guión que Orson Welles realizó para una posible adaptación al cine y objetos que pertenecieron a Saint-Exupéry entre los que destaca la pulsera de identificación que llevaba cuando desapareció y encontrada en 1998 cerca de Marsella en la red de un pescador.

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