Los travesaños de madera que cruzan la obra sirven de contenedor de los escombros que los obreros desprenden, colocados, como se puede observar, en bolsas de plástico. La madera ya ha comenzado a combarse y amenaza con venirse abajo por el peso en cualquier momento. Todo un peligro para los cientos de personas que pasan por debajo. Resulta desconcertante que el caso, además, se dé en pleno centro de Alicante.