Miguel Ricart, condenado a 170 años de prisión por el triple crimen de Alcàsser, quedará libre tras cumplir 21

Miguel Ricart, conocido como 'El Rubio', condenado en el año 1997 a 170 años de prisión por el rapto, violación y asesinato de las tres niñas de Alcàsser (Valencia), quedará libre tras pasar casi 21 años entre rejas, tras desactivarse la conocida como 'doctrina Parot', con la que se había alargado su permanencia en la cárcel hasta 2023, es decir, cuando hubiera cumplido la máxima pena que contemplaba la ley, de 30 años.

Miguel Ricart, conocido como 'El Rubio', condenado en el año 1997 a 170 años de prisión por el rapto, violación y asesinato de las tres niñas de Alcàsser (Valencia), quedará libre tras pasar casi 21 años entre rejas, tras desactivarse la conocida como 'doctrina Parot', con la que se había alargado su permanencia en la cárcel hasta 2023, es decir, cuando hubiera cumplido la máxima pena que contemplaba la ley, de 30 años.

Ricart fue la única persona condenada por el asesinato de Miriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández, las niñas de 14 y 15 años que desaparecieron en noviembre de 1992 y cuyos cuerpos fueron localizados en el paraje de La Romana el 27 de enero de 1993. El otro considerado autor de este suceso, Antonio Anglés, huyó y figura en paradero desconocido desde entonces.

El crimen tuvo lugar el 13 de noviembre de 1992 en el paraje de 'La Romana', en una casa abandonada a la que llevaron a las tres niñas de Alcàsser. Un día después de aparecer los cuerpos, el 28 de enero de 1993, la Policía pudo detener a Miguel Ricart, y seguidamente entró en prisión —la Audiencia de Valencia fija el 8 de febrero como día de entrada en el establecimiento penitenciario—.

En el año 1997, la Audiencia condenó a Ricart a la pena de 170 años de prisión como autor de tres delitos de asesinato y de cuatro delitos continuados de violación, en concurso ideal con tres delitos de rapto, con la concurrencia de las circunstancias agravantes de despoblado y ensañamiento en relación a los delitos de asesinato y violación.

Esta resolución fue declarada firme por el Supremo en junio de 1999, tras desestimarse los recursos de casación. A Ricart se le aplicó la 'doctrina Parot', con lo que se evitó su salida de prisión prevista para el año 2011, y se alargó su condena hasta el año 2023. No obstante, y en base a lo dictado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), la Audiencia, tras escuchar a las partes, ha decidido ahora en noviembre dejarle en libertad, con lo que habría cumplido casi 21 años en prisión.

'El Rubio', un joven natural de Catarroja (Valencia), ingresó en prisión por estos hechos cuando tenía 23 años, y ahora la abandona con 44 años a sus espaldas. La primera cárcel que pisó fue la de Picassent, aunque luego también fue destinado a la de Castellón, la de Zuera (Zaragoza) y, finalmente, a la de Herrera de La Mancha, en el municipio de Manzanares, en Ciudad Real, donde ha pasado sus últimos días entre rejas.

Aislamiento y rechazo

Al principio, en sus primeros días en prisión, se aisló de sus compañeros reclusos, muchos de los cuales le rechazaban. Con el paso de los años, ha ido participando en diferentes talleres y actividades, hasta que se encontró "bastante cómodo" en la cárcel de Ciudad Real.

Es en este establecimiento penitenciario en el que ha pasado más años. En ella no ha recibido apenas visitas, tan solo la de su hermana, tal y como detallaron a Europa Press fuentes conocedoras de su situación en prisión. Ricart estuvo durante mucho tiempo en primer grado penitenciario, pero no por ser conflictivo, sino por los delitos que se le imputaban y por los que fue condenado, y para protegerle de otros presos. En la actualidad se encuentra en segundo grado.

Ha sido en Herrera de La Mancha donde 'El Rubio' se ha apuntado a diferentes talleres y actividades deportivas para ocupar su tiempo. Sin embargo, nunca se ha sometido a ningún tratamiento relacionado con los delitos por los que fue condenado. Al respecto, el tribunal que le condenó no apreció en él ninguna distorsión o anomalía psicológica, y los peritos lo describieron únicamente como una persona tendente a trasladar las responsabilidad a los demás, con predisposición a mentir y con un evidente ego.

Por su parte, psicólogos y otros profesionales que han evaluado a Ricart en la cárcel lo han descrito como una persona con poco carácter y muy manejable, y consideraban que si el día del crimen se hubiera encontrado solo, no hubiera llegado a hacer todo lo que hizo en aquel paraje de 'La Romana'.

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