El nuevo juego de rol (JDR) para Nintendo DS lleva al usuario hasta un mundo fantástico de guerreros y dragones. Todo un topicazo del género, que no por ello resulta menos atractivo.

Seguro que con estas premisas, muchos se echarán para atrás pensando "¡Buf! Otro juego japo de esos raros, llenos de menús, en los que lees más que juegas".

Pues nada más alejado de la realidad, porque los desarrolladores de "Children of Mana" han optado por dejar los puzzles y el argumento en un segundo plano para potenciar la acción.

Al comienzo, el jugador puede elegir un personaje entre cuatro posibles, cada uno de ellos con sus propias características: el guerrero Ferrik, la veloz bailarina Tamber, el mago Poppen y el forzudo viajero.

Todos ellos comienzan su aventura en la Aldea Mana, el único pueblo de todo el juego. Lo demás son mazmorras repletas de enemigos en las que los combates son los protagonistas. Eso sí, con poco aprovechamiento de la pantalla táctil, en general.

Para hacer más llevadero el periplo existe un modo multijugador para hasta cuatro usuarios.

El aspecto técnico es sobresaliente, con gráficos muy vistosos en personajes y escenarios y vídeos que parecen películas de dibujos animados. La banda sonora, también excelente, le pone la guinda al pastel.

Todo junto crea un bonito juego de rol sin muchas complicaciones y bastante acción al que cualquiera puede jugar fácilmente, sin necesidad de una larga etapa de aprendizaje.

Pero esta ventaja es a la vez su mayor defecto, ya que los expertos se encontrarán con un juego de rol con una trama poco profunda y un desarrollo lineal. Algo bastante alejado de los grandes JDR y de los brillantes primeros capítulos de la saga Mana.

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