Los forenses que han prestado declaración este miércoles en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, en el juicio que se sigue contra dos acusados de asesinar a un septuagenario, en agosto de 2010, en la parroquia viguesa de Cabral, sostienen que la víctima quedó "totalmente indefensa" tras recibir los primeros golpes.

Los facultativos han declarado ante el tribunal y ante el jurado que juzga estos hechos, y han explicado que José Guerra Vidal, de 76 años de edad, murió como consecuencia de una traumatismo craneoencefálico abierto causado por 11 golpes, que le provocaron a su vez 19 heridas contusas en la parte izquierda de la cara y la cabeza, y en la parte posterior del cráneo. También han reflejado que, entre el inicio del ataque y el fallecimiento, pasaron unos "10 ó 15 minutos".

Según su análisis de las heridas, los golpes fueron producidos por un arma "con masa y peso de cierta entidad", compatible con el azadón localizado por la Policía y que se considera el arma usada por el o los agresores. Los forenses también dedujeron que los primeros golpes fueron los que la víctima recibió en la cara, frente a frente con su agresor, y que estas lesiones "lo dejaron seguramente grogui y totalmente indefenso".

Sobre el resto de las heridas, los médicos consideran que se realizaron estando la víctima en un plano inferior con respecto al agresor, posiblemente porque se hubiera caído, y que "casi con certeza la víctima estaba inconsciente". En concreto, se han referido a tres heridas que José recibió en la zona de la nuca y que, por si solas, "son mortales de necesidad", ya que destrozaron el troncoencéfalo, un "centro vital" que, si es dañado, provoca la interrupción del latido y de la respiración.

Sin capacidad de defensa

El informe forense también refleja que la víctima no presentaba heridas de defensa ni "nada que hiciera pensar que tuviese capacidad de reacción o de protección". De hecho, los médicos han recalcado que el cadáver presentaba una de sus manos cerradas sobre un manojo de hierba, una reacción del cuerpo, cuyos músculos se contraen ante un ataque sorpresivo, lo que hace pensar en una "muerte traumática".

Finalmente, los forenses han señalado que, a la vista de las heridas, no pueden determinar la complexión del atacante, aunque han precisado que no necesariamente tendría que ser corpulento porque, para producir ese tipo de heridas se requiere actuar "con fuerza o con rabia".

Por la muerte de Guerra Vidal están acusados J.M.C.B., y J.A.G.T. Para ellos, la Fiscalía pide 20 años de cárcel a cada uno, por asesinato con alevosía; la acusación particular añade el delito de robo con violencia y pide 25 años de cárcel; y las defensas solicitan la libre absolución, ya que no hay ni huellas, ni restos biológicos, ni testigos que los sitúen en el lugar y el momento del crimen.

El juicio, que se celebra con tribunal de jurado, se reanudará el jueves con la lectura de conclusiones de las partes y, posteriormente, se iniciará la deliberación del jurado.