Desde que en enero el diario El País publicara la contabilidad secreta del Partido Popular, y hasta que el juez Ruz confirmara este 22 de noviembre los indicios de la existencia de una contabilidad B por el pago de las obras en Génova, muchas han sido las voces que han defendido la limpieza dentro la formación. El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dejado para el recuerdo frases en su defensa como "todo es falso, salvo alguna cosa" o "hay cosas que no se pueden demostrar".

Junto a él, la secretaria general María Dolores de Cospedal, el Vicesecretario general de Organización Carlos Floriano, el Vicesecretario general de Estudios y Programas Esteban González Pons o o el exsecretario general Javier Arenas han negado con rotundidad la existencia de una financiación ilegal. La voz discordante ha sido la presidenta del PP madrileño Esperanza Aguirre, crítica con el partido por "mirar para otro lado" con la corrupción.

El discurso siempre ha sido claro, negando la existencia de una contabilidad B para hablar de "única contabilidad". Un discurso que no ha cambiado después de la declaración de Ruz de este viernes, tras la que el PP ha vuelto a hablar en esos términos. "En ella constan todos los pagos y cargos hechos por el partido", aseguran.

Pese a que aseguró ante Bloomberg TV que hay cosas "que no se pueden demostrar" y que esperaría a ver qué decían los tribunales, el presidente del Gobierno siempre ha negado la mayor. "No hubo financiación ilegal", dijo la última vez en la que fue preguntado. Un discurso que no ha cambiado nada desde el primer día en el que tuvo que realizar una comparecencia para negar su participación el escándalo de los sobresueldos.

La financiación ilegal ha sido desmentida por el presidente ante las cámaras... y también ante los diputados. En septiembre se limitó a decir que se reafirmaba en lo comentado en agosto, durante un debate para responder al 'caso Bárcenas'. Entonces dijo que se había equivocado al confiar en el extesorero, pero volvió a negar las informaciones. "En el PP no se ha llevado doble contabilidad ni se ha cometido ningún delito", dijo. Esa jornada fue especialmente memorable porque Rajoy llegó a repetir en 16 ocasiones el nombre de Bárcenas y términos como "corrupción", "España" o "justicia".

Más célebre es su declaración en la visita a Alemania cuando hacía semanas que el escándalo saltó a la palestra. "Todo lo que se ha publicado no es cierto, salvo alguna cosa". Tras esas fechas convulsas, Rajoy agachó la cabeza y dejó que Cospedal diera la cara por el partido.

La secretaria general del Partido Popular negó ante el juez la existencia de una caja B en el partido y haber recibido sobresueldos. También en las Cortes de Castilla-La Mancha, donde aseguró que es "mentira, mentira y mentira" que ella o el PP cobraran "ningún tipo de comisión". Se mostró tajante al defender que el PP se ha financiado legalmente y advirtió de que si se hubiera detectado "cualquier actividad de que se hubiera podido actuar de otra manera", el primero que habría perseguido esa práctica habría sido el propio partido.

La presidenta de Castilla-La Mancha fue la cara visible del partido en este asunto en los primeros meses de 'combate' ante las acusaciones. En enero, pidió a los españoles tranquilidad porque el PP "ha cumplido con la legalidad vigente". "Somos un partido comprometido con la transparencia. Estamos haciendo el mayor ejercicio de transparencia que haya hecho algún Gobierno". Señaló además que volverían a hacer una revisión para disipar las dudas: "Tenemos las cuentas como las tenemos que tener, regularmente y legalmente".

De repente Cospedal y el partido dieron un paso atrás en este caso, y se produjo un vacío durante meses que volvió a retomar en verano, justo antes de las vacaciones. En julio, intervino en varias ocasiones para reiterar que la "única contabilidad conocida y real del PP" es la que figura como oficial del partido, una contabilidad que, subrayó, siempre ha sido auditada por el Tribunal de Cuentas y con todos los controles que indica la ley. Posteriormente mostró la "tranquilidad del partido" y afirmó que "las mentiras no se documentan" ante las declaraciones de Bárcenas efectuadas a un medio de comunicación en las que aseguraba que el PP llevaba "al menos 20 años" financiándose ilegalmente. "Cualquier otro papel que refleje una contabilidad distinta no es contabilidad del PP de ningún tipo", reiteró, presumiendo del "ejercicio de transparencia" en su formación.

El vicesecretario general de Organización del PP, Carlos Floriano, anunció en febrero que su partido había decidido emprender acciones legales contra quienes filtraran informaciones sobre supuestas irregularidades en la contabilidad del partido y que facilitarían al juez toda la documentación necesaria para dejar claro que la contabilidad del PP es "inmaculada e impecable".

Posteriormente calificó de "sensacionalistas" las noticias sobre los papeles de Bárcenas que, según él, eran desmentidas "a las pocas horas". En ese sentido, dijo que no temían a Bárcenas porque el PP tiene una única contabilidad" y "las cuentas del PP son conocidas y solo una".

El vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, señaló también en febrero que los papeles sobre financiación ilegal "hasta pueden ser de Bárcenas", "pero no son la contabilidad B del PP". No otorgó "ningún valor" a los documentos porque las cifras no cuadran "ni con lo que sabemos ni con lo que consta en nuestros expedientes". "No sabemos lo que son pero desde luego no son la contabilidad 'B' del PP", insistió.

Tomando el relevo de Cospedal al frente del caso, González Pons concedió varias entrevistas en las que insistió en que los papeles eran "fotocopias de una fotocopia de unos apuntes contables con enormes lagunas". Y reiteró, una vez más, que la contabilidad del partido es "oficial y única".

En mayo volvió a repetir que las cuentas del partido "están limpias" y transmitió tranquilidad a los afiliados, mientras en junio dijo que el partido "siempre se ha financiado correctamente".

Hasta en cinco ocasiones ha desmentido el Partido Popular, en bloque, que existiera financiación ilegal. En enero señalaba que no había "contabilidad oculta". En un comunicado, defendía que la contabilidad se ha venido haciendo en los términos previstos por la legislación de partidos políticos y ha sido sometida a la fiscalización del Tribunal de Cuentas. Tan sólo un mes después, reconoció que había alguna anotación que puede coincidir con datos reales de la contabilidad del partido, pero aseguraba que son muchos más los datos "manipulados".

Ya en mayo consideraba que las declaraciones de Pío García Escudero y Eugenio Nasarre ante Ruz "confirman la legalidad del sistema del partido". Subrayó además que ningún partido se ha sometido "a un proceso de transparencia" como la suya, expresando su "indignación" por lo publicado.

En julio el partido se defendía ante "apuntes manuscritos supuestamente relacionados con la contabilidad de esta formación", añadiendo que desconocía las anotaciones y su contenido, y sin reconocer "en ningún caso", como contabildiad de esta formación. En la línea de Cospedal esa misma semana, explicaba que su contabilidad "es única" y "se ha venido haciendo en los términos previstos por la legislación".

La expresidenta de la Comunidad de Madrid ha sido el azote del partido todos estos meses. Aguirre no aceptó la actitud del partido por no reconocer la corrupción y mirar para otro lado, por lo que pidió en distintas ocasiones investigar los movimientos en la formación. "Es un fenómeno demasiado presente en la vida política y para los miembros del PP es triste y duro ver cómo también aparecen casos de este tipo", aseguró. "La incompatibilidad con la corrupción y la honradez han sido signos de identidad y claves en las victorias electorales de los años 90".

Por ello, siempre ha abogado por "ser más inflexibles que nadie en la lucha contra la corrupción" ante los casos de militantes y dirigentes sobre los que hay "claros indicios" de que han utilizado sus cargos para enriquecerse.

En la misma línea se ha mostrado la presidenta del partido en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, quien ha expresado en varias ocasiones su deseo de dar explicaciones a los militantes "aunque Bárcenas haya robado" al partido.