Comer en Valladolid: de vinos, de tapas, de mesa y de mantel

  • La calidad de sus vinos (Rueda, Ribera del Duero, Cigales y Toro) hacen de Valladolid uno de los destinos enológicos más interesantes del país.
  • Con el concurso de pinchos y la escuela de cocina, el tapeo se ha modernizado.
  • Hay que probar los pichones estofados y el gallo de corral turresilano.
La Plaza Mayor, fue modelo para otras plazas de España.
La Plaza Mayor, fue modelo para otras plazas de España.
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La Plaza Mayor, fue modelo para otras plazas de España.

Una ruta gastronómica por los productos y platos más emblemáticos de Valladolid y su provincia comienza necesariamente por sus vinos. Cuatro son las Denominaciones de Origen protegidas pertenecientes a la provincia: Rueda, Ribera del Duero, Cigales y Toro. Todos ellos ofrecen una calidad indiscutible y hacen de Valladolid uno de los destinos enológicos más interesantes del país.

Y con la esa copa en la mano nos vamos de tapeo. Porque ir de pinchos es la mejor ocasión para degustar diferentes caldos y apreciar su calidad. Aunque las barras de los bares vallisoletanos siguen ofreciendo platos tradicionales, cada vez son más las elaboraciones sofisticadas.

Todo ello es fruto de una vertiente culinaria más moderna que se deja sentir cada vez más en las cartas de los restaurantes de la ciudad y que nace de su Escuela Internacional de Cocina y de su ya consolidado Concurso Nacional de Pinchos y Tapas, que acaba de celebrar su novena edición.

Y si los pinchos han abierto la puerta del hambre, mejor tomar mesa y mantel. En Valladolid, como en toda la vieja Castilla, predomina la carne y por ello es habitual encontrar lechazo, cochinillo o cabrito asados al horno. Pero también aves o caza de Tierra de Campos, como los pichones estofados, la liebre en escabeche, la gallina en pepitoria, o el gallo de corral turresilano, típico de Tordesillas.

También se disfrutan pescados de garantían llegados de las lonjas del Cantábrico, y el clásico y amplio recetario en torno al eterno bacalao. La oferta de setas es muy amplia, así como la de las hortalizas y legumbres, especialmente de garbanzos, alubias y lentejas pardinas.

Para acompañar, los deliciosos panes blancos de Castilla, como el conocido pan lechuguino, el de cuatro canteros o los cuadros de Medina del Campo.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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