El restaurante La Raza ha acogido este jueves un desayuno informativo protagonizado por los agentes de la Policía Local de Sevilla condecorados este año con la cruz al mérito con distintivo blanco a cuenta de su labor. Las actuaciones fuera de servicio, el rescate de personas atrapadas en incendios o la resolución de intentos de suicidio o actos de violencia de género componen buena parte de las experiencias y servicios gracias a los cuales son condecorados estos agentes.

La Policía Local de Sevilla celebra este viernes su día grande con un acto institucional marcado, principalmente, por la entrega de los honores y distinciones, destacando la cruz al mérito de la Policía Local con distintivo blanco que reciben 32 policías locales de Sevilla, otro agente más del cuerpo de Policía Local de Villamanrique de la Condesa, cuatro policías nacionales y tres ciudadanos.

Estos 32 agentes de la Policía Local de Sevilla condecorados con la cruz al mérito con distintivo blanco son precisamente quienes han protagonizado este desayuno informativo para contar, en primera persona, las experiencias, actuaciones y servicios que les han llevado a cosechar este reconocimiento. Se trata de historias como la del oficial Adrián Trashorras, quien mientras paseaba libre de servicio redujo y detuvo a un sujeto que intentaba abusar de una joven menor de edad que la amenazaba a punta de navaja, o el agente Francisco José Mediano, quien también libre de servicio protegió a una mujer atacada por su pareja y redujo y detuvo, no sin encontrar una fuerte resistencia, al agresor de esta persona.

Hablamos también de los agentes Raúl Jiménez Frías y Francisco Javier Maestre, quienes intervinieron en un atraco perpetrado con arma de fuego en una joyería de la avenida de Doña Francisquita, arrestando a uno de los delincuentes, o del policía Francisco Javier Santos, quien impidió que un individuo acabase a puñaladas con la vida de su esposa pero, por contra, sufrió graves lesiones que casi le apartan de la actividad.

Rescate de una niña de dos años

Destaca también, si bien todas las historias son dignas de mención, la experiencia de los agentes Lázaro Fernández y Manuel Urbina, quienes junto al policía local de Villamanrique de la Condesa Victoriano Díaz rescataron a una mujer y su hija de dos años de una vivienda incendiada en dicho municipio. La actuación de Manuel Urbina, libre de servicio aquel día junto a su compañero, fue determinante para salvar la vida de la niña. Es necesario hablar también de los agentes Iván Medina y Francisco Manuel Sánchez, quienes impidieron que consumase su intento de suicidio una mujer que se arrojó al tráfico rodado de la avenida de Kansas City después de practicar diversos cortes en uno de sus propios antebrazos, o del agente David Moure, quien estando libre de servicio evacuó de urgencia a un centro hospitalario a un bebé que había sufrido un desvanecimiento de grave riesgo en La Rinconada y cuya vida corría peligro.

Los agentes José María López Bellido y José Hidalgo Beleño, en otra de estas actuaciones, se enfrentaron en Santa Clara de Cuba a dos encapuchados que atracaban una sucursal bancaria, uno de ellos armado con una escopeta. Ambos delincuentes fueron finalmente arrestados. "No somos ciudadanos normales", manifestaba uno de los protagonistas de esta última historia en cuanto a las difíciles y a veces críticas "decisiones" que los agentes se ven obligados a adoptar.

Manuel Urbina, de su lado, recordaba con emoción el rescate de Villamanrique de la Condesa y avisaba de las consecuencias de un hipotético fracaso en una situación de vida o muerte. "Puedes pasar de héroe a villano en un sólo segundo", resumía en cuando al peso de la responsabilidad de estas personas que, de un modo u otro, actúan "con el uniforme puesto" en todos y cada uno de los momentos de sus vidas.