La Audiencia de Málaga ha condenado a un hombre por un delito de agresión sexual contra una menor a la que un día cogió del brazo, intentó llevársela a una furgoneta y dio un beso; además de que ha quedado probado que durante meses le mandó "numerosos" mensajes de tipo sexual al móvil. Se le impone un año de prisión, la prohibición de acercarse a la chica, que tenía entonces 15 años, o comunicarse con ella durante tres años, e indemnizarla con 2.000 euros.

Según consta en la sentencia, el acusado, que conocía a la menor porque su madre había trabajado para él, envió a la chica "numerosos mensajes" al teléfono móvil de agosto a diciembre de 2010, en un primer momento para quedar "manifestándole que quería verla y darle muchos besos". Además, en ese tiempo se citó varias veces con la joven cerca del instituto donde ella estudiaba, encuentro a los que ella acudía.

En dos ocasiones, dice la resolución, el hombre, de 57 años entonces, le dio dinero a la menor, instándole a que "no se lo contase a su madre". Uno de esos días, le dijo que fuera con él a una furgoneta, a lo que la chica se negó, momento en el que la cogió del brazo, "intentando introducirla, al mismo tiempo que la agarraba del cuello, besándola en la boca". La víctima pudo zafarse finalmente, al empujar al acusado, y huyó del lugar.

Tras esto, sigue el apartado de hechos probados de la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado volvió a llamar a la chica y quedó con ella, dándole esta vez 600 euros para un ordenador. A partir de este momento, "comenzó a enviar mensajes a la menor" de carácter sexual, "llegando a amenazarla diciéndole que si no hacía lo que él le pedía, le haría daño a ella, a su madre y a su hermana pequeña".

Cuando empezó a "sentir miedo porque en algunas ocasiones veía al acusado merodear con la furgoneta por los alrededores del instituto", la joven le contó lo ocurrido a su madre, que denunció los hechos. Para la Sala, en este caso se dan los requisitos para un delito de agresión sexual, puesto que el acusado "aprovechando su superioridad física y moral" respecto de la joven, la cogió del brazo y por el cuello y la besó en la boca.

Asimismo, el Tribunal señala que "buscó a propósito la situación", convenciendo a la joven para que acudiera al lugar "y forzándola después físicamente para conseguir besarla, habiéndose negado ella a subir a la furgoneta, a besarle o a hacer cualquier otra cosa que el acusado pretendiera (...), estando su actuación claramente dirigida a satisfacer su impulso sexual a costa de la libertad sexual de la menor".

La sentencia también hace referencia a los "datos objetivos" que corroboran lo denunciado, como "los numerosos mensajes de texto, claramente de contenido sexual y algunos de ellos absolutamente explícitos" y los informes psicológicos. El acusado negó los hechos, incluso que enviara mensajes a la menor, asegurando que eran para la madre de ésta, con quien sí mantuvo relaciones; y que los enviaba al móvil de la chica porque el de la madre estaba roto.

La Fiscalía le acusó por un delito de agresión sexual y otro de corrupción de menores, pero para la Sala no se dan los requisitos de este último, puesto que el acusado "pretendía convencer y vencer la voluntad de la menor para que ésta accediese a sus deseos, aprovechando su falta de experiencia y su corta edad, y haciéndole regalos", pero en modo alguno su intención era "convencerla para que ejerciera la prostitución".