El mediador de la ONU, Martti Ahtisaari, presentó este viernes a Belgrado y Pristina su propuesta para el futuro de Kosovo como un documento "de compromiso", llamó a ambas partes a consultas y dejó claro que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas será la instancia determinante en el proceso.
Ahtisaari invitó a serbios y albano-kosovares a consultas sobre este plan inicial, que según anunció podrían comenzar el próximo día 13 en Viena, y señaló que su idea es dedicar este mes de febrero a ese asunto.
El mediador presentó por la mañana en Belgrado su plan al presidente de Serbia, Boris Tadic, y por la tarde en Pristina al equipo negociador albano-kosovar, encabezado por el presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu.
Rechazo serbio
En unas primeras reacciones, Tadic reiteró que Serbia jamás aceptaría la independencia de Kosovo mientras Sejdiu, volvió a exigir la plena soberanía para la provincia.
Ambas partes aseguraron a la vez que estudiarán con atención la propuesta del mediador internacional.
Unas horas más tarde en Pristina, Sejdiu estimó que con la presentación de este plan, "comenzó la fase final de la solución del estatuto de Kosovo" y se manifestó convencido de que el proceso "finalizará pronto y convertirá a Kosovo en un Estado independiente".
Por su parte, el primer ministro, Agim Çeku, reconoció que el plan de Ahtisaari "no contiene todo lo esperado y reclamado" por los albano-kosovares, pero destacó que el documento "habla muy claramente sobre el futuro de Kosovo y abre el camino hacia la independencia" de la provincia.
¿En qué consiste el plan de Ahtisaari?
Sobre el plan inicial, que no contiene la recomendación sobre el estatuto y cuyo objetivo, según Ahtisaari, es lograr un "Kosovo estable", deberá tomar una decisión final el Consejo de Seguridad de la ONU.
Entre sus puntos, señala la necesidad de que Kosovo sea "económicamente sostenible" para que pueda aportar seguridad a la región balcánica y para pedir acceso a instituciones financieras internacionales.
Además, prevé protección especial para serbios y otras comunidades no albanesas, que tendrían representación garantizada en el Parlamento, Gobierno, en la judicatura y en otras instituciones.
El texto principal, con 14 artículos y 12 anexos, destaca:
- Kosovo debe adoptar una Constitución y debe tener derecho a solicitar su admisión en las organizaciones internacionales.
- Amplia descentralización y nuevas competencias para los municipios serbios, como la autonomía financiera que incluye también ayuda a Serbia y cooperación con sus istituciones.
- Protección de la herencia religiosa y cultural.
- Todos los refugiados y desplazados tienen derecho al retorno a Kosovo y a la restitución de sus propiedades.
- Nuevas fuerzas de seguridad que tendrán 2.500 miembros activos y 800 reservistas.
- Presencia de un Representante Internacional Civil que tendrá derecho a anular las decisiones que no estén de acuerdo con lo establecido.
- Presencia Internacional Militar bajo el mando de la OTAN de control.
Reacciones internacionales
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar, y el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, advirtió de que la Alianza "responderá con firmeza" en Kosovo a cualquier intento de romper el proceso político abierto.
El alto representante de la Unión Europea para Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana, también solicitó "responsabilidad y flexibilidad" a ambas partes en las negociaciones que se abren durante este mes.
En la misma línea, exigiendo una actitud constructiva a Belgrado y Pristina, también se situaron las declaraciones de la Comisión Europea, el Reino Unido y Francia, que respaldó públicamente el plan.
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