Trabajadoras de las escuelas infantiles municipales de Jaén —'Cervantes', 'Fuentezuelas' y 'Pedro Expósito'— y del Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT), tienen previsto protagonizar este lunes una nueva concentración para protestar por el retraso "de tres meses" en el pago de sus nóminas, algo que estas empleadas de Ceian, la cooperativa que gestiona dicho servicio, pretenden repetir "cada mes con posterioridad al día 15 si no se han hecho efectivos los abonos de sus salarios dentro de la primera quincena del mes correspondiente".

Así lo ha confirmado a Europa Press el secretario de Enseñanza Privada de UGT-Jaén, Domingo Jesús Moreno, que ha detallado que la concentración se llevará a cabo entre las 14,00 y las 14,30 horas en la puerta de la escuela infantil 'Cervantes', donde las trabajadoras volverán a protestar si la situación no cambia el próximo 16 de diciembre.

Esta nueva concentración se producirá apenas un mes después de que miembros del equipo de gobierno municipal de José Enrique Fernández de Moya (PP) mantuviesen, el pasado 21 de octubre, una reunión con representantes de Ceian en la que el Consistorio acordó abrir "una vía de diálogo" con dicha cooperativa para abordar el pago de la deuda contraída con ella y "analizar" los contratos suscritos con la entidad, que el Ayuntamiento ya ha mostrado su interés por renegociar.

Para justificar estas actuaciones de protesta, desde UGT se subraya que el "convenio colectivo de ámbito estatal de centros de asistencia y educación infantil" establece que "el pago del salario se efectuará por meses vencidos, dentro de los cinco primeros días del mes siguiente y dentro de la jornada laboral".

Por su parte, el equipo de gobierno local ya ha expresado en distintas ocasiones, a través incluso del propio alcalde, su disconformidad con algunas de las condiciones del contrato que actualmente vincula al Ayuntamiento con Ceian, especialmente con la que obliga al Consistorio a "pagar todas las plazas, también las que no se ocupan" en dichas escuelas infantiles, algo que Fernández de Moya considera que "no se entiende".