El pintor Rafael Canogar (Toledo, 1935) se reencuentra con la esencia del informalismo y la abstracción que han marcado su carrera en la retrospectiva que desde este jueves le dedica el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM). Se trata de un recorrido por la extensa producción del artista, uno de los fundadores del grupo El Paso, que echa una mirada atrás "sin nostalgia" pero que, sobre todo, supone "una puerta abierta" hacia su trabajo presente y futuro.

Así lo ha destacado el propio autor —quien, además se ha encargado del comisariado del proyecto— en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por la directora del museo valenciano, Consuelo Ciscar.

La selección —bautizada 'La abstracción de Rafael Canogar' y que se podrá visitar hasta el próximo 2 de febrero en la Galería 7 del IVAM— se articula en torno a tres momentos que jalonan la trayectoria del creador, como son sus primeras abstracciones de los años cincuenta; su etapa de pinceladas marcadas que protagonizaron sus obras a finales de los setenta, y la obra objetual de los noventa, que evolucionaría en las primeras décadas del siglo XXI centrándose en la organización del espacio y el juego entre los diversos elementos y fuerzas concurrentes en sus composiciones.

En su intervención, el pintor ha bromeado con el hecho de que, para hacer una antológica de su producción necesitaría, "no una sala, sino cinco o seis", y ha explicado que, por ello, ha elegido para esta retrospectiva "coherente y muy diferente" a otras que se le han tributado piezas datadas entre 1957 y 2013 pero todas ellas representativas de una abstracción llena de libertad.

De esta forma, reivindica la pintura y lleva a cabo "un reencuentro con el periodo informalista en el que buscaba la máxima expresividad con los mínimos elementos en juego", ha agregado.

No obstante, Canogar ha subrayado asimismo su interés por enseñar al público los derroteros por los que discurre su arte, por lo que la muestra realiza un recorrido inverso al cronológico y adivina una obra que comparte con la anterior la "radicalidad". "Creo que soy más radical ahora de lo que fui entonces, porque tengo muchos más años y experiencias nuevas", ha considerado el autor, que ha hecho notar que "la pintura es un rincón en la naturaleza pero visto a través de un temperamento".

La exposición del IVAM es además especial porque permite ver piezas poco conoc idas y expuestas del autor, ya que pertenecen a su colección particular, que ha ido configurando comprando en subastas sus propias creaciones. "Hay artistas que guardan para ellos sus mejores cuadros pero no ha sido mi caso", ha señalado Canogar, que ha comentado que, al contrario, el 'boom' comercial que tuvo su trabajo a raíz de la Bienal de Venecia de 1958, hizo que, incluso, tuviera en algunas ocasiones dificultades para cumplir sus compromisos de venta.

Defender la obra "como una religión"

El pintor ha recalcado que se siente "muy afortunado" por esta circunstancia, porque "pintar no es difícil, lo difícil es pintar bien" y, además poder venderlo después es una suerte. Aun así, ha resaltado que los artistas de su generación estaban "dispuestos a vivir una travesía e el desierto" y, aunque no vendieran ni un cuadro", defender su obra como si fuera una religión".

Por su parte, Consuelo Ciscar ha manifestado que en las pinturas de Canogar "subyace una propuesta que revela el interés por el arte sin retóricas que distraigan al espectador del verdadero reto que supone enfrentarse a las texturas, a los colores y a la iluminación del lienzo".

Rafael Canogar alcanzó muy pronto notoriedad como pintor de vanguardia y, en 1957, ya es uno de los principales representantes del arte abstracto europeo, cuando funda, con Saura, Millares, Feito y Rivera, entre otros, el grupo madrileño El Paso. El artista defendió el informalismo y la apertura de la España franquista a la escena internacional.

Con motivo de la exposición en el IVAM se ha editado un catálogo que reproduce las obras seleccionadas y contiene textos de Francisco Calvo Serraller, Miguel Ángel Muñoz y Consuelo Ciscar.