El expresidente del Gobierno Felipe González ha sostenido, en relación con el nacionalismo catalán, que hay que "respetar la diversidad hasta el fondo", pero al mismo tiempo ha advertido de que "romper la cohesión del espacio público que compartimos es una pérdida para todos", tanto para el que propone esa ruptura como para el resto del país.

Al respecto, el expresidente socialista ha insistido en que éste es un debate que se debe abordar con "naturalidad y normalidad" y "sin agresividad ni descalificaciones". Asimismo, ha manifestado que "es una broma" creer que "divididos vamos a ser más fuertes que juntos".

González ha hecho estas declaraciones este jueves durante su intervención en la jornada anual que celebra en Málaga la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), que, bajo el lema 'Estrategias para la recuperación. El valor del directivo', reúne a más de 1.500 profesionales.

"Creo que el nacionalismo en general ha sido el fenómeno más destructor de Europa en el siglo XX", ha criticado González, quien ha alertado de que España no está al margen de ese "nacionalismo rampante" que se está extendiendo por el Continente europeo.

CONSTITUCIÓN

Al mismo tiempo, González ha abogado por cambiar la Constitución española. "Creo que no se pueden tocar por capricho las constituciones, pero 35 años después hay que hacer alguna reforma para responder a la realidad", ha defendido. "No hay que aferrarse mucho a nada", ha apostillado.

En este punto, el exjefe del Gobierno español también ha afirmado que vive "con la sorpresa de ver que la gente que no quería la Constitución que tenemos, ahora no quiere que se toque".

Así, ha insistido en que el Estado sufre una "crisis de supranacionalidad", dado que las decisiones que se toman en él se tienen que adoptar "dentro de los márgenes de soberanía que están desbordados por la globalización económica y sobre todo financiera".

Federalización económica y fiscal

Por otro lado, González ha creído necesaria una reestructuración del poder europeo, y ha pedido que haya una federalización de las políticas económicas y fiscales europeas, incluso de la unión bancaria. "Bruselas tiene que devolver poderes burocráticos y asumir otros que sean más importantes para la gobernanza de la Unión Europea", ha manifestado.

De este modo, ha argumentado que la unión monetaria y económica de la UE "estalló" en la crisis financiera de 2008. "Reventó completamente el modelo porque los países que mejor cumplían los requerimientos del pacto de estabilidad fueron los que más sufrieron", ha asegurado.

En este punto, González ha recordado que en el momento que estalló la crisis España tenía un 37 por ciento de deuda y un superávit de dos puntos brutos, mientras que en Alemania había un 86 por ciento de deuda y un 3,4 por ciento de déficit.