El Gobierno filipino eleva a 2.275 el balance provisional de muertos por el tifón Haiyan

Residentes filipinos esperan para abordar un avión militar C-130, este, 12 de noviembre de 2013, en el aeropuerto en la ciudad devastada de Tacloban, provincia Leyte, Filipinas.
Residentes filipinos esperan para abordar un avión militar C-130, este, 12 de noviembre de 2013, en el aeropuerto en la ciudad devastada de Tacloban, provincia Leyte, Filipinas.
Dennis M. Sabangan / EFE
Residentes filipinos esperan para abordar un avión militar C-130, este, 12 de noviembre de 2013, en el aeropuerto en la ciudad devastada de Tacloban, provincia Leyte, Filipinas.

El Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres filipino ha elevado este miércoles a 2.275 el balance provisional de muertos provocados por el tifón Haiyan, que devastó hace cinco días la región central del país. En organismo prosigue con el lento recuento oficial en su último informe publicado en el que también indica que 3.365 personas han resultado heridas mientras otras 80 están desaparecidas.

El presidente filipino Benigno Aquino había rectificado anteriormente así la cifra ofrecida en un primer momento por la Policía del país, que hablaba de hasta 10.000 fallecidos. "Diez mil, creo yo, es demasiado", afirmó Aquino en una entrevista con la cadena CNN, quien consideró que los funcionarios locales que proporcionaron esa estimación facilitaron los datos demasiado temprano como para poder calcular una cifra precisa.

"Tenemos la esperanza de ponernos en contacto con unos 29 municipios que restan, y sobre los que aún tenemos que calcular cifras, sobre todo de los desaparecidos, pero hasta el momento barajamos que la cifra total de muertes esté entre los 2.000 ó 2.500", añadió.

El número de muertos confirmados por el tifón, según el Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres filipino es de 1.833. En organismo prosigue con el lento recuento oficial en su último informe publicado en el que también indica que 2.623 personas han resultado heridas mientras otras 84 están desaparecidas.

Enterramientos masivos

Las autoridades locales y organismos religiosos han comenzado a cavar fosas comunes donde enterrar a las víctimas mortales y prevenir así que broten enfermedades y epidemias. Al menos 150 cuerpos sin vida, ninguno de ellos identificados por las autoridades, fueron enterrados en una fosa común cerca de la iglesia de Palo, en la isla de Leyte, una región que ha quedado totalmente devastada, donde los cadáveres habían comenzado a amontonarse en las calles.

Mientras, aumenta la desesperación entre los supervivientes, para quienes la ONU pidió a la comunidad internacional ayuda por valor de unos 300 millones. En concreto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura pidió 24 millones de dólares para aliviar los graves daños causados en la agricultura y la pesca.

Y es que, según la representante especial de la ONU para la reducción del riesgo por desastres, Margareta Wahlström, lo ocurrido en Filipinas "es una tragedia comparable al tsunami de 2004, que cambió la aproximación hacia la prevención del riesgo de desastres", y equiparó la gravedad y el nivel de devastación de ambos fenómenos.

De momento, la comunidad internacional ha ofrecido a Filipinas unos 53 millones de dólares en asistencia de emergencia, que incluye dinero, equipos médicos y de rescate y material de primeros auxilios, según el Departamento de Asuntos Exteriores filipino. Las aportaciones proceden de una treintena de países, organizaciones internacionales y la Unión Europea, que ha anunciado una ayuda adicional de 13 millones para rehabilitar las zonas afectadas.

En cuanto a los heridos, el Consejo filipino para la Gestión y Reducción de Desastres habla de 2.487. Cerca de 10 millones de filipinos se han visto afectados por los estragos causados por el tifón, de los que al menos 660.000 son desplazados, según el recuento oficial.

Categoría 3

La Organización Mundial de Salud (OMS) calificó con categoría 3, el nivel más elevado, el desastre provocado por el tifón en la región central de Filipinas.

Hospitales de campo, médicos, medicinas y material sanitario han sido enviados a Filipinas, indicó en un comunicado emitido anoche la institución, que equiparó la devastación causada por 'Haiyan' a la del tsunami del Índico en 2004 o el terremoto que asoló Haití en 2010.

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