En 2014, los madrileños tendrán que andarse con más ojo al aparcar el coche en la vía pública. El Ayuntamiento de Madrid prevé sacar aún más la grúa a las calles con la intención de cazar a los vehículos estacionados en doble fila, sobre pasos de peatones o en otros lugares prohibidos. El Consistorio se ha fijado el objetivo de retirar 26.000 vehículos mediante la grúa durante todo el año que viene, frente a los 21.000 que esperaba arrastrar durante el ejercicio actual (un 24% más). Este aumento del control se traducirá en un incremento de la recaudación con la tasa por retirada de vehículos de la vía pública: en 2014, el equipo de Botella ha presupuestado 10,4 millones de euros de ingresos por este tributo, un 29,6% más de recaudación respecto a los ocho millones de este año, según figura en los Presupuestos recientemente presentados.

El objetivo declarado por el Consistorio es "seguir incidiendo en el control de la indisciplina en el aparcamiento para mejorar la movilidad", según fuentes del área municipal de Medio Ambiente y Movilidad. Pese al aumento previsto en los ingresos, rechazan que exista un fin exclusivamente recaudatorio: "El objetivo no es poner multas para ganar dinero, sino evitar que los coches mal aparcados generen problemas de tráfico en lugares sensibles", añaden dichas fuentes.

El Ayuntamiento descarta actualizar al alza las tarifas que cobra a los conductores infractores por arrastrar sus vehículos al depósito. "El aumento de la recaudación se deberá al mayor control de la indisciplina, porque no habrá un incremento de la tasa de la grúa", aseguran en Movilidad. Así pues, se aplicarían las mismas tasas que ya se vienen imponiendo en 2013: el traslado de un turismo se grava con 147,55 euros, a lo que hay que sumar 1,85 euros por cada hora que el coche pase en el depósito municipal; en el caso de las motos, cobran 60,40 euros por el traslado y 0,85 euros por cada hora de estancia; si lo que se llevan es una furgoneta o un todoterreno, la tasa es de 181,60 euros por el remolque, más 3,75 por hora. A este gasto se añade la multa por obstaculizar la circulación, que está tipificada como grave (200 euros).

Sin embargo, pese al compromiso de no subir las tasas, los conductores temen que el interés sea recaudatorio: "El Ayuntamiento nunca ha demostrado que le preocupe la agilidad del tráfico, su prioridad nunca ha sido llevarse los vehículos que más molestan, sino ganar dinero con la tasa", lamenta Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Además, el representante de los conductores aporta otra clave: "Es extraño que ahora le importe la doble fila, justo en el momento en que hay menos problemas de coches mal aparcados porque hay menos tráfico en la ciudad y hay más facilidad para estacionar". En efecto, según los propios datos municipales, la densidad de circulación en Madrid ha caído un 2,5% en el último año y las operaciones de estacionamiento ilegal se han reducido un 22%.

En cualquier caso, la Mesa de la Movilidad (de la que forman parte expertos en movilidad, vecinos y grupos políticos, junto con miembros del Ayuntamiento) considera que sí es necesario incrementar el control del aparcamiento indebido, según consta en el Quinto Informe del Estado de la Movilidad de Madrid. Las propuestas de este comité de expertos suelen ser tenidas en cuenta por el Consistorio en sus políticas de Movilidad. En el caso de la grúa, proponen que se aumente la vigilancia "fuera de la M-30, pues se percibe que en ese ámbito de la ciudad la vigilancia es menor".

También sugieren que la grúa recorra más a menudo "los entornos de lugares de ocio", donde se "constatan concentraciones de estacionamientos irregulares que perjudican la movilidad y la seguridad vial". Otro punto problemático por la doble fila son las "zonas próximas a escuelas e institutos, por la peligrosidad y el mal ejemplo que comporta" sobre los niños. De hecho, los mayores atascos de la capital se forman a diario en las horas punta de entrada y salida de los colegios (cuando los padres dejan o recogen a sus hijos) y en las proximidades de restaurantes a la hora de comer. Sin embargo, pese a estas propuestas, el Ayuntamiento evita confirmar los lugares donde más actuará la grúa.