Los ocho acusados del crimen del abogado Alfonso Díaz Moñux, que se perpetró en diciembre de 2008, reconocieron en sede policial su participación en el asesinato a cambio de una recompensa, pero aseguraron que desconocían quién fue la persona que dio la orden en mayo de 2008 para realizar ese encargo mortal.

Sin embargo, los procesados se retractarán en sus declaraciones de lo que en su día manifestaron, alegando presiones, según han avanzado este jueves sus defensas. Varios de los abogados defensores han destacado en el trámite de alegaciones que los verdaderos culpables no están en el banquillo de los acusados por "intereses" y han criticado que se mencionen las manifestaciones policiales al no ser válidas en la vista oral.

El juicio con Jurado Popular por la muerte de Moñux ha proseguido este mañana con la exposición previa de los alegatos de los abogados de la acusación particular que defienden a la esposa del fallecido, a su hermano y a sus padres. Las declaraciones de los acusados arrancarán mañana.

Los supuestos asesinos a suelto, cuatro españoles y cuatro colombianos, se enfrentan a 15 y 24 años de cárcel por asesinato y tenencia ilícita de armas. Moñux estaba especializado en casos relacionados con el tráfico de drogas y defendía a Zakhar Kalashov, el supuesto jefe de la mafia ruso-georgiana relacionado con la operación 'Avispa'. Sus agresores le descerrajaron dos tiros en la cabeza en el garaje de su vivienda el 18 de diciembre de 2008.

En su intervención, el letrado que representa al hermano de la víctima ha destacado que en este juicio de lo que se va a hablar es de "sicarios". "Los acusados se reunieron para cumplir el encargo de matar a una persona por dinero. Es un asesinato con la agravante de precio y recompensa. Ese delito no solo se imputa a quien materialmente dispara, sino a todos los que participaron", ha subrayado.

Así, ha relatado que las investigaciones relacionadas con otra operación por delitos de robo dio la pista a los investigadores sobre los autores de la muerte de Moñux. En concreto, la Policía realizó una entrada y registro en el domicilio del acusado José Alexander A.A. en el que se halló un dossier con fotografías de seguimiento al letrado. En una de las imágenes aparecía con un círculo rojo en la cabeza, lo que daba a entender que era "un objetivo".

Los agentes le detuvieron y "tira del hilo". Así, manifestó ante la Policía que se le ofreció ese trabajo y aseguró que el responsable de "la vueltica" (como se dice en colombiano encargo) es el procesado Jonny Alexander E.O., lo que es corroborado por varios testigos. "Creemos que hay pruebas más que suficientes para que emitan un veredicto de culpabilidad", ha señalado el letrado.

Por su parte, el abogado Manuel Alonso, que defiende a la esposa e hijos de la víctima, ha destacado que su cliente no solo era un abogado que estuviera relacionada con este tipo de temas relacionados con narcotráfico, sino que era "un padre, un esposo y una persona.

"Aquí hubo una recompensa y durante meses se prepararon para ejecutar el asesinato. Nadie se echó atrás. Todas participaron activamente y todas son responsables de igual manera", ha reseñado el abogado. "En sus primeras declaraciones nunca negaron el hecho, pero sí repartieron conductas. Estas personas se conocían y se concertaron para acabar con la vida del abogado", ha dicho.

Según este letrado, los acusados admitieron en sede policial el encargo. Cuando llegó la instrucción judicial, algunos se retractaron de lo dicho y aseguraron que la reunión en la que todos coincidieron era para una mudanza y para descargar un camión.

Además, el abogado de sus padres ha destacado que la muerte de Moñux se produjo "causada por el impulso de la bolsa del dinero. "El asesinato fue minuciosamente preparado y fríamente ejecutado del que fue víctima una persona con el que ninguno tenía motivo de agravio o animadversión", ha reseñado.

"crónica de una muerte anunciada"

En cuanto a las defensas, el abogado de José Alexander A.A ha comenzado señalando que se está ante "una crónica de una muerte anunciada" y ha reseñado que su cliente "nunca ha debido de ser imputado en este caso". "Mi cliente debería ser un testigo. No es un cordero, tiene una larga trayectoria de delitos contra la propiedad, pero no ha tenido ninguna relación con estos hechos", ha señalado el letrado.

Asimismo, la abogada de Jonny Alexander ha destacado que las declaraciones policiales no pueden traerse al juicio, excepto si se produjeran contradicciones entre las manifestaciones. Y ha comentado que su patrocinado era cliente del fallecido.

También ha subrayado que Moñux nunca mencionó el nombre de su defendido ante la Policía cuando denuncia amenazas. Esta letrada ha hablado acerca de que hay interés de que los verdaderos culpables no se sienten en el banquillo de los acusados.

"Fueron otras las personas que cometieron los hechos", ha destacado en alusión a la abogada de Cambados (Pontevedra) Tania Varela, expareja de la víctima y del hijastro de Laureano Oubiña, que fue cliente de Moñux y Varela.

AMENAZADO

En la sesión del miércoles se destapó que uno de los escritos de defensa recoge que Moñux denunció en varias ocasiones ante la Policía que sospechaba de que David Pérez Lago, el hijastro de Laureano Oubiña, quería acabar con su vida desde prisión. Por ello, habría dado órdenes a unos sicarios para llevar a cabo el crimen.

Según esta defensa, Pérez Lago había sido cliente de Moñux y de su pareja por temas relacionados con el narcotráfico. Sin embargo, los investigadores no creyeron sus denuncias a pesar de que presentó varias pruebas documentales como fotografías para respaldar sus denuncias de amenazas.

Según fuentes jurídicas, David Pérez Lago cumple prisión por narcotráfico. Recientemente ha sido condenado a nueve años de prisión. La expareja de Moñux también fue condenada a siete años de cárcel, pero es buscada por la Inperpol. Las mismas fuentes sostiene que el hijastro de Oubiña y la pareja de Moñux llegaron a tener una relación sentimental.