La dulzura que regala Michelle Jenner se la está devolviendo la vida en forma de premios. La actriz atraviesa un delicioso momento. El próximo 20 de noviembre recogerá en Barcelona, su ciudad natal, el Premio Ondas a la mejor actriz de este año por su interpretación en la exitosa serie Isabel de La 1. "Todavía estoy asimilándolo, fue una absoluta sorpresa porque ni siquiera sabía que estaba nominada". La ficción española también ha sido premiada en 2013 con una Antena de Oro y en 2012 consiguió el Premio Ondas a la mejor serie del año.

¿Cómo se siente vestida de la reina Isabel?

Los trajes son una maravilla, algunos de ellos incluso difíciles de llevar porque llegan a pesar hasta 30 kilos entre el vestido y la capa… pero son obras de arte que te dan el porte que requiere el personaje y te ayudan a meterte en el papel.

Y al terminar el rodaje, ¿directa a los vaqueros?

Desde luego. Después de un día de rodaje intenso lo que más me apetece es llegar a casa y ponerme el pijama.

¿En qué se parece Michelle a Isabel la Católica?

Es muy difícil compararnos porque vivimos en épocas muy distintas. Realmente, no veo nada parecido a mi forma de ser salvo que a mí también me gusta luchar por mis sueños e ideas, aunque sean muy diferentes a las que entonces tenía la reina.

Isabel y Fernando fueron un matrimonio pactado, ¿cree que llegaron a amarse?

Creo que sí. Isabel desde niña tenía muy claro que ella quería decidir con quién casarse y vio que Fernando era el mejor candidato tanto a nivel político como personal. Se enamoraron al conocerse y luego desarrollaron una admiración mutua. Isabel era una mujer muy moderna para la época pero también lo era Fernando porque él admitía que su mujer llevara las riendas de muchas cosas y en aquella época eso era bastante impensable.

¿Qué es lo que más le gusta de trabajar con Jordi Frades?

Muchísimas cosas. Desde el principio me ha hecho sentir muy cómoda, me ha ayudado mucho a hacer este personaje que era tan difícil. Jordi es muy buen director de actores (que no siempre sucede así), se pone en nuestra piel, nos explica todo muy claramente y además es muy buena gente, muy cariñoso y cercano, lo cual se agradece.

¿De qué compañero de reparto aprende más?

La verdad es que de todos, tengo muchísima suerte porque tengo un reparto de lujo a mi alrededor. En cada temporada trabajo con compañeros a los que admiro. En la primera etapa aluciné con Pablo Derqui, el personaje que hacía y el actorazo que es. Ginés García Millán, Pedro Casablanc… y Rodolfo, de quien aprendo muchísimo porque la mayoría de las secuencias las tengo con él. Además es muy generoso y excelente compañero.

¿Cualquier época pasada fue mejor?

Creo que eso es una cuestión de la memoria, que nos hace recordar el pasado como si fuera mejor y no siempre ha sido así. Espero que todavía me queden muchísimas alegrías y papeles por delante. Trabajar hoy en día es un lujo, especialmente si haces algo que te apasiona.

Si pudiera retroceder, ¿hasta dónde iría?

Hay etapas de mi vida que recuerdo con mucho cariño pero prefiero mirar hacia delante, aceptar los cambios y estar abierta a todo lo que venga. Así siempre tienes la oportunidad de que lleguen cosas mejores todavía. Estancarse no es aconsejable y la evolución, se supone, siempre es para bien. Aunque hay campos en los que esto no está tan claro. Avanzamos mucho a nivel tecnológico pero en otros aspectos creo que seguimos muy atrasados. ¿Cómo es que somos capaces de realizar trámites a través de una pantalla táctil pero no de curar enfermedades o de evitar que niños pasen hambre?

¿Qué opina de la negativa del director del Museo de Historia de Barcelona (Muhba) a filmar allí algunas escenas de la series?

Como catalana y barcelonesa me dio pena porque me hacía ilusión rodar allí pero eso es algo que no está en nuestra mano, no se puede hacer nada.

¿Hay algún lugar de España donde le haga especial ilusión rodar?

Aparte de en Barcelona porque es mi casa, en todas partes. Es un lujo poder hacer estos paseítos, que nos saquen a grabar en lugares que no conoces, visitar los monumentos, poder filmar en ellos... Ir a Granada fue una oportunidad única: rodar en la Alhambra pensado que los personajes que interpretas estuvieron allí de verdad es algo muy difícil de conseguir.

¿Cree que la serie es rigurosa con la historia real?

Evidentemente no deja de ser ficción y en algunos puntos sí hay detalles imposibles de saber —y ahí entra la creatividad del guionista— pero creo que es una serie bastante afín a la historia y además muchos historiadores me han dicho que están contentos porque creen que la serie es muy fiel al pasado.

Ahora compite con la arrolladora El tiempo entre costuras, que el pasado lunes cosechó un 26,2 % de share frente al 14,6 % de Isabel. ¿Teme por la audiencia?

Me da pena, y a muchos compañeros de equipo también, que existan estas guerras, que pongan productos dirigidos a un público parecido en el mismo horario porque nadie sale ganando. Aun así, estoy muy contenta por mis compañeros de El tiempo entre costuras, que es un producto de gran calidad que también llevaba guardado mucho tiempo y ya era hora de que saliera. Ojalá no tuvieran que competir dos series así.

¿Qué otros proyectos tiene en paralelo o para el futuro?

En paralelo es imposible porque con Isabel estoy secuestrada hasta febrero, cuando terminaremos el rodaje de la tercera temporada. Para entonces hay proyectos de cine pero todavía falta mucho y nunca se sabe.

¿Cuáles son sus prioridades a la hora de elegir un papel?

Que me guíen y que el personaje suponga un reto para mí. Me gusta poder hacer cosas muy diferentes entre sí, como Isabel, que es un registro que no había hecho nunca.

¿Tiene un papel soñado?

Me gustaría mucho hacer de mala, malísima, asegura mientras se ríe a carcajadas. Por ejemplo Isabel a veces también tiene su carácter, pero me gustaría hacer un personaje que se aleje de lo que he hecho hasta ahora y de mí misma.

Tras el éxito de la Fiesta del cine, ¿qué opina de la polémica sobre el precio de la entrada?

Con esta iniciativa se ha demostrado que si la gente no va al cine no es por la calidad de las películas sino porque ahora mismo no resulta asequible. Cuando una familia entera quiere ir al cine no se puede gastar 50 euros. Es impresionante porque tenemos el IVA más caro de Europa y no se está cuidando nada la cultura. Los que están arriba deberían ver que no es cuestión de talento como dicen algunos sino de precios y hoy en día muchísima gente no puede asumir el gasto que supone ir al cine.

¿Qué faceta tiene Michelle que no sepamos?

Me gusta mucho ponerme detrás de la cámara, grabar, editar y montar vídeos, la fotografía… Son hobbies que de momento realizo a nivel personal pero de aquí a un tiempo me gustaría hacer un corto para el público. Cuando estoy rodando aprovecho para fijarme y aprender de mis compañeros de equipo.

¿Qué cosas le emocionan?

Los recortes en educación y sanidad me hacen perder la esperanza en el ser humano hasta que, de repente, aparecen programas como Entre todos, en los que la gente, a pesar de las adversidades, se une para ayudar a los demás. Cuando se despierta esa parte humana en tiempos de crisis me hace sonreír y recuperar la esperanza en el ser humano.

Como catalana, ¿votaría a favor del referéndum independentista?

Es un tema delicado, ambas partes tienen su razón. Hay puntos que entiendo de los que quieren la independencia y también comprendo aspectos de los que no están a favor. Yo prefiero no meterme, soy catalana pero me considero ciudadana del mundo por encima de todo. Respeto la diversidad de opiniones y creo que viviendo en democracia, es el pueblo quien debería pronunciarse y decidir por mayoría.