Recorriendo Sigüenza: la del castillo, la del Doncel

  • El Doncel de la catedral es una de las mejores esculturas funerarias del mundo.
  • El magnifico castillo –del siglo XII– es hoy Parador de turismo.
  • Brilla también su entorno natural, con el Parque Natural del Río Dulce y las Hoces del Río Salado.
El Doncel de Sigüenza fue un joven aristócrata y militar popular en la época.
El Doncel de Sigüenza fue un joven aristócrata y militar popular en la época.
WIKIPEDIA/Manuel de Corselas
El Doncel de Sigüenza fue un joven aristócrata y militar popular en la época.

Sigüenza es una de las ciudades con más historia de España. Entre su castillo y la catedral, con su Doncel, Sigüenza se muestra monumentalmente en piedra. Y más allá de sus muros, su maravilloso entorno natural, con el Parque Natural del Río Dulce y las Hoces del Río Salado.

En Sigüenza, la leyenda espera en una capilla de la catedral. Es el Doncel de Sigüenza, considerada una de las mejores esculturas funerarias del mundo. Se trata del joven aristócrata y militar Martín Vázquez de Arce. El mármol nos lo muestra recostado, leyendo un libro mientras descansa de las peripecias de la campaña de Granada, campaña en la que encontró la muerte. Su padre, secretario de la poderosa familia Mendoza, mandó construir esta escultura, que hoy es una de las joyas del Renacimiento español.

Como tantos otros, el Castillo de Sigüenza –del siglo XII– fue edificado sobre una alcazaba árabe que dominaba la ciudad. La edificación actual fue objeto de restauración en los años setenta. Así, cuenta con habitaciones amplias y confortables, con enormes camas de dosel, para su actual función, Parador de turismo.

Bajo la protección de sus rotundos muros, las zonas comunes muestran un interiorismo cuidado y pensado para producir una sensación de tranquilidad y confort. Piedra y madera rodean el espectacular patio de armas empedrado.

Entre el castillo y la catedral con su Doncel, Sigüenza muestra más paradas monumentales. Desde su Plaza Mayor, de estilo gótico cisterciense, a la ermita del Humilladero, pasando por el Palacio Episcopal o la Antigua Universidad.

Fuera de la ciudad, hay mucha senda por la que perderse. Son dos las principales opciones, el Parque Natural Barranco del Río Dulce, con un paisaje de bosque mediterráneo –encinas, enebros, quejigos…– y las Hoces del Río Salado, donde aún habita una colonia de buitres leonados.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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