Hay varios factores, como la recurrencia del agresor, la intencionalidad... Pero principalmente hay acoso cuando hay desequilibrio de fuerzas entre el agresor y la víctima. En este sentido, no es diferente al mobbing o al maltrato a las mujeres. Agrede el que tiene el poder.

Se suele decir que gran parte de la culpa la tienen los padres de los agresores. ¿Qué hay de cierto en ello?

No hay un único culpable, hay causantes familiares, escolares, grupales... Lo que pasa es que los profesores sí tienen, a veces, cierta sensación de soledad.

¿Qué debe hacer un profesor cuando sea testigo de un caso de acoso escolar?

Primero debe hacer una evaluación de qué es lo más oportuno, pero está claro que tiene que actuar, si no en ese momento, después, pero tiene que actuar. No puede tener ni un ápice de ambigüedad. No lo puede tolerar ni minimizar. La situación exige un trato pormenorizado y, si es necesario, parar la clase y coger el toro por los cuernos. Debe explicar que nadie tiene derecho a maltratar.

¿Y las familias?

Hay escuelas de familias, foros donde se les enseña cuando hay desasistencia. A veces ponemos énfasis en fijarnos en la actitud de los chicos, cuando en realidad tienen las mismas conductas que los adultos.

Bio

José María Avilés tiene 47 años y es natural de Valladolid. Es doctor en Psicología y responsable de Salud Laboral de la Confederación STES-i (Sindicato de Trabajadores de Enseñanza-Intersindical).