Esquerra Unida (EU) ha criticado que el Govern continúe "beneficiando a empresas privadas" con los presupuestos públicos, al recriminar que el Ejecutivo "no para de deteriorar la sanidad pública" con el doble objetivo de desplazar hacia la privada a aquellos pacientes "que lo puedan pagar, aunque sea endeudándose, ante las insoportables listas de espera, y dejar directamente en manos privadas servicios que deberían prestar a la sanidad pública".

En este sentido, la formación lamenta en un comunicado que el Govern "no para de negociar y acordar convenios en clínicas privadas", aseverando que el último caso se ha producido en el servicio de radioterapia del nuevo hospital Can Misses de Ibiza.

Al respecto, apunta que ante la "gran movilización popular, el Govern se ha visto obligado a anunciar que este hospital contaría con radioterapia a partir de diciembre de 2014, aunque no hay partida específica en el proyecto de presupuesto que acaba de enviar al Parlament".

"¿Cómo es posible que ahora aparezca la radioterapia? Muy sencillo, será un servicio privatizado, un negocio particular que, a cambio de adelantar la financiación, le reportará un buen negocio a una empresa privada y una desviación importante de recursos que deberían destinarse a la sanidad pública", critican desde EU.

En esta misma línea, recuerdan que el presidente del Govern, José Ramón Bauzá, "ha afirmado que a los ciudadanos no les importa si la gestión es pública o privada, sino que se preste el servicio". En respuesta, desde la formación consideran que "tiene razón el presidente en que lo que quieren los ciudadanos es el servicio, pero lo que no dice es que los ciudadanos, con sus impuestos, pagarán más para que unos particulares puedan embolsar un dinero que debería destinarse a la sanidad pública.

"Si cada vez el presupuesto es menor, si hay más recortes, no se puede permitir que ni un solo euro se desvíe", añade EU, considerando que la contratación de la radioterapia "parece que será por un sistema muy parecido al fraudulento peaje en sombra con el que, en la época de Jaume Matas, se hicieron las contestadas autovías de Ibiza, quese inundan cuando caen cuatro gotas y que dispararon su coste para hacer una absurda trinchera con el único objetivo de aportar tierras en el Golfo de Matutes".