La muestra incluye una selección de cuarenta y nueve pinturas, trece dibujos y tres esculturas procedentes de museos e instituciones europeas y estadounidenses.
Entre ellas, podrán contemplarse juntas por primera vez en 400 años dos de las grandes obras de temática religiosa de Tintoretto (también conocido como Il Furioso), pintadas para la Iglesia de San Marcuola: La última cena y El lavatorio.
El gran olvidado
Pese a ser uno de los grandes nombres de la historia de la pintura, Tintoretto sólo ha sido objeto de muestras parciales por cuestiones del tamaño y volumen de sus obras.
Así, muchos de sus mejores cuadros son lienzos de gran formato que pintó para espacios preasignados en edificios venecianos –donde siguen expuestas–, lo que dificulta el traslado, así como su reubicación temporal.
En cuanto al volumen, en su vasta producción ha sido habitual incluir por error la de discípulos e imitadores, por lo que los museos han evitado montar retrospectivas de Tintoretto, hasta el punto de que la última se remonta a Venecia, en 1937.
La apertura de la monográfica del Prado culmina el trabajo de especialistas de EE UU, Alemania, el Reino Unido, Italia, Austria y España, cuya selección se focaliza sobre la dimensión de Tintoretto en la narrativa pictórica religiosa, donde alcanzó sus mayores logros.
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