El 23% de los hogares de Canarias se queja del ruido y el 15% de la contaminación, según el último Eurobarómetro sobre la 'Calidad de Vida en Ciudades Europeas'.

La encuesta muestra que el 73% de los madrileños están entre bastante y muy insatisfechos con la calidad del aire de su ciudad. Madrid ocupa el lugar 81 de las 85 ciudades analizadas y Barcelona, el puesto 77 de la lista, con una insatisfacción que se eleva al 66% de los ciudadanos.

Respecto al ruido, tampoco este apartado deja en buen lugar a nuestras ciudades turísticas. El nivel de insatisfacción de los ciudadanos de Madrid es del 77%, ocupando la 84 posición de una lista de 85, sólo por delante de Bucarest. Barcelona, mejora levemente, su puesto es el 81, y la insatisfacción del 67%.

Son precisamente las autonomías más turísticas las que revelan los mayores problemas de ruido y contaminación. Así, uno de cada 3 hogares de la Comunidad Valenciana denuncia problemas de ruido, ya sea procedente de la calle o de los vecinos, y el 19% contaminación.

En Madrid, el ruido alcanza a 1 de cada 5 hogares y la contaminación al 16%. En Cataluña los porcentajes son del 22% y del 16% respectivamente. En Baleares, el porcentaje de hogares que se queja del ruido es del 26% y de la contaminación, un 14%.

Por ello, la Asociación Pro Derechos Civiles Económicos y Sociales (Adeces) considera que España debe aprovechar la coyuntura turística creada por la inestabilidad política en otras zonas para mejorar la calidad de vida en las ciudades, especialmente las turísticas, y las infraestructuras del país, singularmente las del sector.

Para ello, la asociación reclama un impulso a la rehabilitación de edificios y viviendas para que contribuyan a la sostenibilidad y calidad de vida de las ciudades.

Administraciones públicas

En su opinión las administraciones públicas deben regular, vigilar y sancionar el incumplimiento de los niveles de ruido así como poner en marchar un plan de rehabilitación de edificios y viviendas con el objetivo de reducir la contaminación atmosférica y aumentar la protección frente al ruido procedente de la calle o de los vecinos.

Además reclama especial atención a los lugares de ocio, en torno a los que se pueden producir elevados niveles de ruido y a los locales de restauración, caracterizados por un mal acondicionamiento acústico que dificulta la conversación.

Según Adeces no se trata de abandonar los paradigmas de las principales fuentes de turismo, "sino de mejorar la calidad de las zonas turísticas y de las infraestructuras nacionales".