Cocinas como pasillos, cocinas en “L”, cocinas como salchichas… son tres ejemplos de cocina estrecha y difícil de amueblar. Hay modos de mejorarlas, de ganar amplitud en la cocina sin que ello vaya en detrimento de funcionalidad y comodidad.

La disposición del mobiliario tiene que ser perimétrica, es decir, aprovechando las paredes de la estancia y dejando el espacio libre en el centro. Lo importante es aprovechar cada espacio por pequeño que sea, por lo que los muebles con muchos cajones y armarios son la mejor opción.

Los tonos claros ayudan a dar holgura al espacio, como los crudos y pasteles. Los muebles blancos transmiten limpieza, además de reflejar más luz que otras tonalidades y texturas. Si tenemos ventanas debemos procurar que entre la mayor cantidad de luz posible, explican en Mapfre Hogar. De ese modo se verá más grande.

Hay que elegir muebles sin puertas o al menos que sean correderas. Para ganar amplitud, un recurso son las bandejas giratorias, estos dispositivos están armados con una barra vertical a la que están unidas bandejas.

Conviene usar una mesa auxiliar que se convierta en mesa "volada" que se adose a armarios o encimeras. En cuanto a las sillas, mejor que sean plegables, de esta forma molestarán menos.

El orden juega un papel muy importante ya que facilita la labor en la cocina. Hay que usar las paredes y cada parte de la cocina para poder colocar cosas. En las partes bajas de los muebles de arriba también podéis colocar enganches para poner cosas, por ejemplo copas boca abajo.

Finamente, conviene no tener cazuelas, sartenes o platos en exceso, solo los necesarios y no dejar por medio el carro, el cubo de basura o la escoba, que sólo harán que estorbar.