Casi medio centenar de movimientos sociales se han concentrado este lunes a las puertas del Consulado de Francia en Sevilla bajo el lema 'Europa también es gitana' en protesta por las políticas xenófobas y antigitanas emprendidas por distintos gobiernos europeos, visibilizadas en la deportación de la niña gitana Leonarda Dibrani, un acto organizado por la Federación de Mujeres Gitanas y Universitarias (Fakali).

En un comunicado, Fakali afirma que "no puede permanecer impasible ante la situación de amenaza que viven miles de gitanos en Europa", personificados en estos días en la figura de Leonarda Dibrani, la joven detenida el pasado 9 de octubre cuando se dirigía en una excursión con sus compañeros de clase y sus profesores a la localidad de Sochaux y posteriormente deportada junto a su familia a Mitrovica en Kosovo. Según la Federación, la niña gitana expulsada "ha puesto rostro a la oleada de racismo y a la convocatoria de odio que están capitalizando algunos estados miembros de la Unión".

Durante la concentración, la presidenta de Fakali, Beatriz Carrillo, ha leído un manifiesto exigiendo la vuelta al colegio en Francia de Leonarda; la dimisión del ministro de Interior francés Manuel Valls, y la condena y el castigo por parte de los Jefes de Estado de la Unión Europea de los actos que están quebrando el proyecto europeísta, alimentan el odio y destruyen la paz y la convivencia social y ciudadana. Igualmente se ha dado registro a dicho manifiesto en el Consulado francés.

Representantes de los distintos movimientos han acudido a respaldar esta iniciativa solidaria provenientes de distintas comunidades autónomas, como Extremadura o Madrid, en una jornada que albergará igualmente otras concentraciones con idénticos propósitos en distintos puntos del país como son Barcelona, Madrid, Girona, Granada, Lugo y Murcia.

En el caso de Sevilla, la acogida por parte de la ciudadanía ha sido especialmente significativa, destacando sobremanera la implicación de personas y movimientos gitanos y no gitanos al hilo de un episodio especialmente cruel. Las puertas del Consulado han sido el escenario elegido para la teatralización, en forma de parodia, de la situación extrema que viven los romaníes en la Francia del ministro Valls. 'El contradiscurso' ha servido para escenificar a los presentes el sentimiento de "impotencia y amenaza" que padece la ciudadanía gitana europea ante la indiferencia de sus principales fuerzas políticas y sociales.