El etarra 'Kantauri' se niega a declarar sobre el asesinato del matrimonio Jiménez-Becerril

  • Ha asegurado en la Audiencia Nacional que es militante de ETA y que no quería participar en el juicio ni responder a pregunta alguna
  • El Fiscal pide 60 años de cárcel y un millón de euros para los hijos.
  • El concejal del PP y su esposa fueron asesinados en Sevilla en enero de 1998.
Kantauri, durante el juicio por ordenar el asesinato del concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, en 1998 en Sevilla.
Kantauri, durante el juicio por ordenar el asesinato del concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, en 1998 en Sevilla.
Chema Moya / EFE
Kantauri, durante el juicio por ordenar el asesinato del concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, en 1998 en Sevilla.

El exdirigente de ETA José Javier Arizcuren Ruiz Kantauri se ha negado este lunes a declarar en el juicio por el asesinato a tiros del concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa en Sevilla el 30 de enero de 1998.

Al comienzo de la vista en la Audiencia Nacional se ha limitado a decir en euskera que es militante de ETA y que no quería participar en el juicio ni responder a pregunta alguna. Kantauri se enfrenta a una petición del fiscal de 60 años de cárcel y la Fiscalía reclama, además, que indemnice con un millón de euros a los tres hijos del matrimonio fallecido.

Los tres etarras condenados a 60 años de cárcel cada uno por estos hechos, José Luis Barrios Martín, Miguel Azurmendi Peñagaricano y María Teresa Pedrosa Barrenechea, han testificado que no recuerdan si la orden de esta acción se las dio Kantauri ni si se reunieron con él en Francia para que les diera dinero y armas para llevarla a cabo.

"Espero que sea condenado"

La eurodiputada del PP Teresa Jiménez-Becerril, hermana del concejal, ha deseado en un comunicado que Kantauri sea condenado por el crimen y "cumpla íntegramente su condena, sin más beneficio que el de seguir vivo".

La parlamentaria asegura que no le importan los miles de años a los que puede ser condenado el exdirigente etarra, sino que se haga justicia y cumpla de verdad la pena que se le imponga. "Hoy juzgan al que mandó matar a mi hermano -dice Teresa Jiménez-Becerril-. Me gustaría decir que espero que sea condenado y que salga de la cárcel dentro de muchísimos años, viejo y como un miserable, completamente solo y no sonriente y acogido como un héroe".

La hermana del concejal asesinado espera que "simplemente se haga justicia con quien mandó asesinar a dos personas maravillosas en plena juventud, que no pudieron ver crecer a sus hijos de 4, 7 y 8 años". "No me importan los miles de años que le echen, lo que quiero es que cumpla íntegramente su condena, sin más beneficio que el de seguir vivo y desde años, años, me sigue golpeando la misma pregunta: ¿Por qué?", concluye la eurodiputada popular.

Al frente de los comandos

Para sostener la acusación, el fiscal Daniel Campos expondrá en sección cuarta de la Sala de lo Penal, encargada de juzgar estos hechos, que Arizcuren Ruiz ejercía desde 1994 la dirección de los comandos ilegales de ETA, "siendo responsable del comando Andalucía", al que se atribuye este doble asesinato.

Según sus conclusiones provisionales, dentro de las responsabilidades del exdirigente etarra en relación a ese comando "estaba la de fijar los objetivos contra los que tendrían que dirigir sus acciones" los miembros del comando, integrado por José Luis Barrios, Miguel Azurmendi y María Teresa Pedrosa, ya condenados cada uno a 60 años por este atentado.

Entre las instrucciones que Kantauri dio a este comando, el fiscal destaca que les ordenó atentar contra miembros del PP, por lo que "elaboraron informaciones sobre cargos públicos de dicho partido y realizaron varias acciones contra diferentes personalidades".

Una de las informaciones que elaboraron fue sobre el concejal en el Ayuntamiento de Sevilla Alberto Jiménez-Becerril, al que localizaron Barrios y Azurmendi a las 1.15 horas del sábado 30 de enero de 1998 "en el curso de unas vigilancias" cuando salía de un bar en compañía de su esposa y otras personas.

Ambos iban en ese momento provistos cada uno de una pistola "por si se presentaba la posibilidad de atacar a sus objetivos, en ejecución de la orden recibida" de Arizcuren, por lo que procedieron a seguir al matrimonio cuando se separó de las personas que les acompañaban.

El seguimiento se prolongó 245 metros, y aunque disimularon para no levantar sospechas, en un determinado momento el concejal se volvió hacia ellos y, al reanudar la marcha, los dos etarras "aceleraron el paso aproximándose a la pareja a la altura del número 11 de la calle Don Remondo".

Disparo en la cabeza

Luego, "de forma súbita, a una distancia de 30 a 60 centímetros, Azurmendi disparó a la cabeza de don Alberto cuando éste se giraba, alertado por los pasos de sus perseguidores, y, muy poco después, Barrios disparó a una distancia como la dicha, a la base de la nuca de doña Ascensión, que intentaba asistir a su marido, que yacía en el suelo, estando inclinada sobre él y pidiendo auxilio a gritos".

Los disparos, concluye el fiscal, produjeron la "muerte fulminante" del matrimonio, lo que dejó huérfanos a sus tres hijos menores.

Para el fiscal, estos hechos son constitutivos de dos delitos de homicidio terrorista y un tercero de atentado en concurso con uno de los primeros delitos, por los que pide 30 años de cárcel para cada uno, además del pago de una indemnización de un millón de euros a los hijos del matrimonio.

Kantauri ya ha sido condenado en varias ocasiones por delitos terroristas, tanto por la justicia francesa como por la española.

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