Tengo entendido que el Ayuntamiento tiene planes para rehabilitarla, al menos en parte, porque el Palacio Villalón, el edificio del siglo xvi forrado de azulejos que hace esquina a la entrada de desde la calle Compañía, va a acoger el Museo de Historia de la Ciudad.

Se trata de una de esas obras que, según los entendidos, nos consagrarán como ciudad cultural. Dice la prensa que la rehabilitación va a costar diez millones de euros y que los restos arqueológicos que se extraigan cuando los obreros empiecen a hurgar en el subsuelo del palacio se incorporarán a la exposición del futuro museo. Seguro que encuentran algo digno de ser mostrado.

La calle es una de las más antiguas del centro histórico. Los mártires que le dan nombre son San Ciriaco y Santa Paula, unos niños

lapidados en la Málaga romana del siglo iii por defender su fe cristiana, a quienes honra la iglesia renacentista situada en el extremo norte de la calle.

Tras la toma de Málaga, que se produjo en 1487, los Reyes Católicos mandaron levantar una parroquia junto a cada una de las entradas principales de la ciudad, entonces amurallada. La de Los Mártires correspondía a la Puerta Vieja del Mar, situada en la actual intersección entre las calles Compañía y Pasillo de Santa Isabel. En tiempos la calle acogió negocios prósperos; entre otros, una imprenta y una fábrica de velas.

Hoy, los pocos comerciantes que quedan se las ven con ratas y cucarachas, y recelan de la magna obra del museo porque creen que no se han tomado medidas de seguridad suficientes, y los edificios de Los Mártires están todos muy juntos y muy viejos. Esperemos que la calle no se vengue de tantos años de abandono.