Araceli, desempleada y con toda su familia en paro: "Ahora vivimos de lo que nos da Cáritas"

  • Familias con todos los membros sin trabajo, parados de larga duración, mayores de 55 años, jóvenes... son los perfiles más golpeados por la crisis.
  • Mariví Torres, de 56 años, cree que los mayores son los que lo tienen peor: "A mi ni me dejan llegar a las entrevistas de trabajo por la edad", asegura.
  • Esmeralda, con tres hijos (uno discapacitado) lleva tres años buscando un empleo, y mientras no ha recibido ninguna ayuda pública.
En la familia de Araceli todos los miembros están en paro.
En la familia de Araceli todos los miembros están en paro.
JORGE PARIS
En la familia de Araceli todos los miembros están en paro.

"Estoy en el paro desde hace cuatro años; mi marido también está sin trabajo. La única solución que tenemos ahora para vivir es una ayuda de Cáritas, que es un soporte fundamental, y hasta que a mi marido le den por fin una pensión que tiene pendiente". Araceli Solsona (38 años, dos hijos) reconoce que lo ve "todo muy negro" desde que en septiembre se le acabaron las ofertas para trabajar limpiando. Tanto que su hijo Alejandro también se ha apuntado a las listas del paro en cuanto a cumplido la edad mínima, "para ayudar en casa".

Hacer la compra con ayuda económica de la familia extensa, utilizar a conexión a internet de un vecino... La situación de Araceli y su familia es similar a la de los 1,8 millones de hogares que, según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves, tienen a todos sus miembros en paro. Y es que este es uno de los perfiles de población más golpeados por la crisis. No es el único.

Con 55, sin salidas

Otro colectivo dañado especialmente por la destrucción de empleo son las personas mayores de 55 años. Es el caso de Mariví Torres (56 años), que lleva desde agosto en el paro. "Trabajaba en una farmacia, pero como ya no vendía casi nada y se iba a jubilar el dueño, pues cerró. He comprobado que los que estamos en el paro después de los 55 lo tenemos mucho peor, a mi ni me dejan llegar a las entrevistas de trabajo por la edad; ni para cuidar niños", lamenta.

MarivíEn su opinión, los problemas principales de los desempleados más mayores son que "los últimos años de cotización son los más importantes y que normalmente llevamos casi toda la vida desempeñando un mismo trabajo, y ahora no hay oportunidad de reciclarse. Antes enseguida encontrabas cursos, pero con los recortes no salen apenas", señala, al tiempo que evidencia aspectos a mejorar en su educación para competir en el actual mercado. Pone como ejemplo el inglés, que no era una lengua que se estudiara en su época. "Si tuviera 10 años menos, me iría a Inglaterra seguro", dice.Juan Manuel Millán

También difícil es la situación de Juan Manuel Millán (53 años), con cuatro hijos. Perdió su empleo como vigilante de seguridad hace tres años ("cerró la empresa por falta de carga de trabajo") y logra salir adelante gracias a que su esposa mantiene su puesto. Después de tanto tiempo buscando, tiene claro que su problema "es la edad. He buscado por todas partes: Internet, Inem, colegas... pero nada. He intentado reciclarme, pero con los recortes hay muy poca cosa", añade.

Jóvenes precarios

En el otro lado del espectro, los jóvenes menores de 25 años también se presentan como un perfil con problemas. A pesar de que el desempleo juvenil ha descendido según la última EPA, aún excluye del mercado laboral al 54,37% de sus miembros. Benito Grande (25 años, electricista), lleva en paro desde febrero, después de haber logrado enlazar dos años de empleos temporales. "La legislación obligaba a mi empresa a hacerme indefinido para renovarme, así que me echaron", recuerda.Benito Grande

Su caso es como el de tantos jóvenes españoles, 'ninis' forzados, instalados en la precariedad y la temporalidad. En su opinión, la tan citada recuperación de la economía "no se nota para nada" y es por eso que ha acudido a la oficina madrileña de empleo a apuntarse a un curso del paro de energías renovables. "Todavía no me han contestado. Encima de que no hay trabajo es cada vez más complicado formarse", critica. Aún así, a medio plazo, es "optimista. No me queda otra", reconoce.

Cuanto más tiempo sin trabajo, peor

En la búsqueda activa de empleo, el tiempo juega en contra del desempleado. Cuanto mayor es el tiempo sin trabajo, mayor es la dificultad de encontrar un puesto. Muestra de ello es que a pesar de la reducción en el número de parados, aquellos que son de larga duración (más de un año buscando) han vuelto a aumentar (un 0,05%) hasta los 2.89 millones.

EsmeraldaEsmeralda (40 años, ingeniera industrial, tres hijos) lleva ya tres años sin empleo, aunque entre medias ha logrado trabajar seis meses. Ya se le ha acabado la prestación por desempleo y ahora no cobra nada, "ni ayudas por los hijos [uno de ellos discapacitado], ni beca de guardería. Tampoco me dan ningún tipo de apoyo por familia numerosa en asuntos municipales. Logramos salir adelante gracias a mi marido y al dinero ahorrado", asegura. En su caso, ha visto como la crisis se llevó por delante su sector (la construcción), y reconoce que aún no ve signos de mejora.
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