Marilia, ahora sí, baila sola: "Hay relaciones que aportan mucho pero llegan a su fin creativo"

Marilia de Ella Baila Sola.
Marilia de Ella Baila Sola.
EFE
Marilia de Ella Baila Sola.

Una declaración "honesta, positiva, valiente y sin quejas de una mujer fuerte" sobre la importancia de la identidad individual ante las relaciones. Así describe su primer álbum en solitario Marilia (a secas), una década después de dejar de ser la "morena" de Ella Baila Sola y decir "aquí estoy yo".

"No me planteé que pasara tanto tiempo. Pensé que serían dos, pero hasta ahora no me había encontrado con las canciones que reflejaran quién soy ahora mismo", explica en una entrevista la compositora (Cuenca, 1974), que considera "necesarios" los 13 años de poso transcurridos desde que grabara Marta y Marilia (2000), el último disco de estudio de su antiguo dúo.

Nuevo álbum

El tema Subir una montaña, el mismo que titula el nuevo álbum, fue el primero que quiso compartir con el mundo. A partir de ahí, solo requirió un mes y medio para alumbrar los nueve cortes que dan el espíritu de este disco grabado entre Londres y Madrid y sufragado completamente por su autora, en busca, dice, de una nueva perspectiva de la experiencia musical.

Bajo la producción sin adornos de Neil Williams y con el acompañamiento de músicos de primera línea, colaboradores de Primal Scream y Pet Shop Boys, Marilia ha buscado sobre todo la "sencillez" y un lenguaje claro, que se encastra en las canciones con cierto poso del "country" clásico setentero.

El primer single, Marilyn y Supermán, habla "con ternura" de la autenticidad de las relaciones amorosas frente a mucha "gente descontenta", que se deja seducir por los estereotipos.

Relaciones

"Nos metemos en relaciones y nos ponemos un disfraz, como si una relación tuviese que tener una determinada forma. Así nos perdemos lo mejor", opina Marilia, que cree que hay relaciones "muy reales" que apenas duran minutos frente a los clichés sociales.

Huyendo de ellos, dedica otro tema a Clint Eastwood, su prototipo ideal masculino por su evolución artística y personal, de matón a un tipo con mucho valores y múltiples facetas que ha mostrado sin importarle lo que digan los demás. "Lo contrario del tópico", dice.

Pero, sobre todo, Subir una montaña es "una reivindicación del yo", de la soltería como un estado más, no una anomalía como creen las Señoras de otra canción, y de la búsqueda de la propia identidad.

"Me pido perdón", se dice a sí misma en Casi me rindo, el corte final, que es "una mezcla de reproche y orgullo" frente a la idea de abandonar. En su lugar, ella apuesta por vencer sus obstáculos y ofrecer su mejor versión posible.

Nueva etapa

"Siempre he dado lo mejor de mí misma, pero ahora soy yo 'ahora mismo'", afirma Marilia sobre las diferencias entre esta nueva etapa y la que cerró hace más de una década "de común acuerdo" con Marta Botía, a la que desea "lo mejor".

"Fue la vida. Todo son relaciones humanas... ¿Con quién estabas cuando tenías 20 años? ¿Sigue esa persona ahí con la misma intensidad? Probablemente, no. Hay relaciones que aportan mucho con personas a las que tienes mucho cariño, pero que llegan a su fin creativo", comenta al respecto.

No añade nada más. Asegura que no siguió la revitalización del dúo bajo las siglas E.B.S. con una nueva integrante. Prefiere hablar de su nueva etapa, aunque se declara "agradecida" a Ella Baila Sola, período "superimportante" en el que vendió unos tres millones de copias.

Por eso, agrega, no le dará por completo la espalda a aquel repertorio del que también ella fue responsable, con éxitos como Cuando los sapos bailen flamenco, Amores de barra o Que se me va de las manos.

El próximo miércoles actúa en la sala Moby Dick de Madrid y después viajará a Pamplona (8 de noviembre, sala Subsuelo). Ofrecerá sus nuevos temas, "sorpresas" y también algunos inéditos que han quedado fuera de su primera aventura, ahora que ha vuelto "para quedarse", afirma.

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