Niega que intentara ahogar a su pareja en Socuéllamos (Ciudad Real) y dice que tienen una mente "diabólica"

El acusado de maltrato habitual e intento de homicidio a su pareja sentimental en mayo de 2012 en Socuéllamos (Ciudad Real) al que este jueves enjuicia la Audiencia Provincial de Ciudad Real, L.C.R., ha negado todos los hechos que se le imputan y ha asegurado que todo se debe a la "mente diabólica" de la presunta víctima y a que "no tiene escrúpulos".
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EUROPA PRESS
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El acusado de maltrato habitual e intento de homicidio a su pareja sentimental en mayo de 2012 en Socuéllamos (Ciudad Real) al que este jueves enjuicia la Audiencia Provincial de Ciudad Real, L.C.R., ha negado todos los hechos que se le imputan y ha asegurado que todo se debe a la "mente diabólica" de la presunta víctima y a que "no tiene escrúpulos".

El acusado ha asegurado, a preguntas de la Fiscalía, que la relación con la presunta víctima —que era su prima, además de su pareja— era mala desde las navidades de 2011, además de que ya habían roto en otra ocasión y había tratado de echarla de casa en varias ocasiones "por sus faltas de respeto e insultos".

L.C.R. ha narrado que la relación comenzó en 2010 "cuando ella salió de la cárcel y me pidió ayuda porque su familia no la quería y estaba en la calle. Yo le dije que se viniera a mi casa, no conmigo" porque, ha agregado, la relación no se inició hasta ocho o nueve meses después.

"Al principio todo iba bien, pero luego empezó a burlarse, aparecía cuando quería y drogada con cocaína, porros y alcohol", ha dicho el acusado, para el que la Fiscalía solicita 9 años y medio de prisión, quien ha señalado que todo se agregó cuando, por circunstancias económicas, tuvieron que mudarse a casa de la madre de él, lo que finalizó en la primera ruptura.

Unos cinco meses después, ha continuado, su expareja volvió a llamarle porque estaba en la calle "y la volví a aceptar, dándole la dignidad y respeto que no tenía", aunque ha asegurado que las cosas empezaron a empeorar a partir de la Navidad de 2011 "porque me iba desapareciendo dinero, hasta 6.000 euros, de la caja fuerte" además de que "me faltaba al respeto y hacía lo que quería".

Según su versión, la noche de la agresión, en la madrugada del 2 al 3 de mayo de 2013, su expareja llegó "drogada" a su casa pidiéndole que le dejara el coche para ir donde había quedado con unos amigos, "pero no podía dejarla en esas condiciones, así es que le dije que se duchara y se acostara".

En este relato ha añadido que cuando subió a acostarse, sobre las dos y media de la mañana, fue ella la que le agredió e insultó "e incluso me tiró de la cama a patadas, me dio hostias y me cogió del cuello", momento en el que se inició un forcejeo que, según L.C.R., aprovechó para cogerla del brazo y echarla de casa, "aunque antes cogió un cuchillo de la cocina y me amenazó, pero se lo quité".

L.C.R., que durante toda la declaración ha defendido su inocencia, ha asegurado que cuando la mujer salió de su casa esa madrugada no tenía ninguna herida y que no sabe con quien estuvo porque mientras discutían un coche estaba pitando en su puerta.

Además, sobre los cables del teléfono y el radiador que la Guardia Civil encontró en la habitación, y con los que presuntamente intentó ahogarla, ha dicho que "los colocó ella", alegando que si él hubiera intentado estrangularla hasta en tres ocasiones —con el cable de un cargador de móvil, de un radiador y con sus manos— "no se habría escapado".

Maltrato psicológico

Por su parte la víctima, que ha solicitado declarar con un biombo que le impidiera tener contacto visual con el presunto agresor, ha narrado, a preguntas de la Fiscalía, que sufría maltrato psicológico habitual con insultos como "no vales para nada, no sabes cocinar o quien te va a querer" que, ha dicho, "le afectaron bastante, al igual que "sus celos y su control".

La noche de la presunta agresión, la mujer ha dicho que le pidió que le llevara con unos amigos "y me dijo que sí. Fuimos a una gasolinera y al volver al coche vi que había cambiado y me dijo que no me iba a llevar a putear, por lo que me fui a casa con él" sin que, ha agregado, fuera "borracha o drogada".

Tras acostarse, siempre según su versión, él la despertó sobre las dos y media de la mañana moviéndose "cabreado" en la cama y cuando se lo dijo "se levantó y empezó a insultarme. Le empujé y me empujó, por lo que empecé a vestirme porque quería irme. En ese momento me dio puñetazos y caí en la cama, donde me puso el cable del radiador en el cuello" y después con el del móvil y, luego, habría intentado ahogarla con sus manos.

Según la mujer, 25 años más joven que su primo, cuando huyó se fue a casa de su madre y finalmente presentó una denuncia por maltrato habitual e intento de homicidio que ha llevado al acusado a permanecer en prisión desde entonces.

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