Los profesionales del sector tienen su explicación para justificar el desfase entre el mercado existente y las pocas viviendas arrendadas a través de la iniciativa: «La falta de información institucional ha hecho que la gente tarde en enterarse de las ayudas y sus requisitos, pero poco a poco van cuajando», comenta David Márquez, agente de Aparthocasa.

Por su parte, José Torres   Molina, dueño de una inmobiliaria en la capital, apunta a la economía sumergida como otro de los factores que han frenado el éxito de la Agencia Pública del Alquiler: «Han salido algunas rentas que no estaban declaradas».

Convencer al dueño

Los profesionales consultados afirman que los propietarios de los pisos son los más difíciles de convencer, «sobre todo por la condición de  dejar la vivienda cinco años en la bolsa, pero al final les compensa», añade Eric Amsellem, de la inmobiliaria Corona Intermundo.

Todas, por cierto, critican  el retraso con el que la Junta está pagando las subvenciones aprobadas.

Incentivos en vez de sanciones

Las medidas coercitivas anunciadas en Cataluña o en el País Vasco para sacar al mercado del alquiler las viviendas desocupadas abren un nuevo debate en Andalucía. La consejera de Obras Públicas, Concepción Gutiérrez, aboga por  hacerlo mediante incentivos fiscales en lugar de sanciones a los propietarios. Éstos obtienen en la región 6.000 euros por mantener su piso en la bolsa de alquiler. La Junta subvenciona a los inquilinos que lo solicitan hasta el 40% de la renta anual durante dos años.