La transformación, explica, podría llevarse a cabo una vez entre en funcionamiento la Tercera ronda, la futura circunvalación por la que se desviaría gran parte del tráfico actual de las rondas, lo que permitiría su peatonalización parcial.

Así ganarían dos notables áreas de esparcimiento en unas zonas que ahora «son muy peligrosas», como señala Francisco Graña, y por las que transita a diario un gran número de viandantes.

Más pasos de peatones

En este sentido, más de 300 vecinos del Agra han suscrito una propuesta presentada ante el Ayuntamiento para mejorar la seguridad vial en la ronda de Nelle, en el tramo comprendido entre las calles Villa de Cee y Gregorio Hernández.

En el documento se insta a María Pita a instalar barandillas en las aceras «porque los coches pasan muy cerca» y pasos de peatones «elevados», para obligar a los vehículos «a disminuir la velocidad», según explica María del Carmen Barreiro Gallart, promotora de la iniciativa y de la recogida de firmas que comenzó el pasado mes de noviembre y fue presentada en el registro municipal recientemente.

Los vecinos están hartos del riesgo que, dicen, supone pasear por la zona y piden que, como dice su representante Francisco Graña, «se humanice».

Las demandas

Más seguridad: Más de 300 vecinos del Agra instan al Ayuntamiento a poner barandillas en las aceras, pasos de peatones elevados y más semáforos para mejorar la seguridad vial en el último tramo de la ronda de Nelle.

No al subterráneo: La asociación de vecinos expresa su rechazo al subterráneo que sustituirá al actual viaducto. Dicen que sólo contribuirá a que los coches «sigan circulando a gran velocidad», con lo que el problema de la inseguridad vial en la zona persistirá.

Esperanza en la Tercera ronda: En el barrio se contempla la creación de la Tercera ronda como algo positivo para descongestionar el alto volumen de tráfico que ahora padece el Agra do Orzán en las rondas de Outeiro y Nelle.

Apoyo municipal: La Asociación Veciñal Agra insiste en que su propuesta de crear los dos bulevares es una promesa de los «sucesivos alcaldes que han pasado por el Gobierno municipal» y que seguirán demandándola.