Se inician las obras de reparación de la carretera de acceso a Nardués, dañada por las lluvias de invierno

Los trabajos, presupuestados en 96.477,64 euros, tienen una duración prevista de dos meses
Imagen del ramal de acceso a Nardués desde la NA-2404.
Imagen del ramal de acceso a Nardués desde la NA-2404.
EP/GOBIERNO DE NAVARRA
Imagen del ramal de acceso a Nardués desde la NA-2404.

El Gobierno de Navarra ha comenzado las obras de reparación del fuerte hundimiento producido el pasado 15 de febrero en el ramal de acceso a Nardués desde la NA-2404, en el pk 0+120, a causa de las lluvias torrenciales de principios de año.

Los trabajos, adjudicados a Construcciones Luciano Elcarte por un presupuesto de 96.477,64 euros, se iniciaron este lunes, 7 de octubre, y tienen una duración prevista de dos meses, por lo que previsiblemente concluirán a principios de diciembre.

Como consecuencia de las lluvias y nevadas acaecidas en la Comunidad foral durante los meses de febrero y marzo, ha recordado el Ejecutivo navarro en un comunicado, se produjo un fuerte hundimiento en esta carretera que dejó descolgada la calzada y la bionda de protección, quedando un solo carril servible para el tráfico alternativo de los vehículos.

Las soluciones adoptadas finalmente para arreglar los desperfectos son, por este orden, la limpieza de desprendimientos de tierras y el saneo de toda la zona afectada; la ejecución de un muro de escollera de protección, la creación de un terraplén en el trasdós del muro, el drenaje de la zona, la reposición de firmes y el balizamiento y señalización.

En concreto, ha detallado el Gobierno foral, la limpieza de desprendimientos de tierras y el saneo de la zona afectada se iniciará con la demolición del muro-zuncho de hormigón hundido y la excavación y traslado de todo el material desprendido.

Posteriormente se realizará el muro de escollera y con material procedente de préstamo se rellenará el espacio comprendido entre el trasdós del muro de escollera y el corte del terraplén existente previo escalonado del mismo.

Asimismo, se realizará una pantalla drenante en el trasdós de la escollera, con salida a través de mechinales o vanos en el muro. Finalmente se realizará la reposición del firme, extendiendo una capa de zahorra artificial de 30 cm de espesor y dos capas de mezclas bituminosas en caliente.

Se terminarán los trabajos con el montaje de una barrera metálica simple de perfil doble onda y con la reposición de la señalización vertical y las marcas viales.

Resultados de los sondeos previos

Con objeto de conocer la profundidad del sustrato rocoso donde poder situar las posibles medidas de sujeción, desde el pasado 15 de febrero se han realizado dos sondeos en distintos tramos de la zona hundida.

Según ha expuesto el Gobierno navarro, el primero de ellos perforó en la zona hundida junto al cruce de esta vía con la carretera antigua a Lumbier, encontrándose a partir de los 2,40 m. un material formado por arcillas con tramos de diferente humedad, pero en general bastante húmedas y plásticas que alternaban con capas de areniscas.

El nivel freático se encontró a 6,22 metros de profundidad, pero ascendió rápidamente a 5,95 metros, lo que indica que el agua está confinada creando presión y favoreciendo la inestabilidad. El sustrato rocoso mas competente está formado por margas azules muy compactas que se encuentra a 11,15 metros.

El segundo sondeo se ha perforado a unos 50 metros en dirección a Nardués. En éste, el tramo de arcillas con intercalaciones de areniscas llega desde 1,70 metros hasta 6,80, con el nivel freático a 3,30 metros. Las margas compactas aparecen a 7 metros.

Con estos resultados, la memoria técnica de los geólogos recomendaba situar un elemento de apoyo, quizás una escollera, en el sustrato rocoso, pero debido a la elevada profundidad hallada en el sondeo 1, se podría cimentar a unos 3,60 metros donde hay unos niveles de arcillas mas secos y compactos, pero construyendo un drenaje que aliviase la presión que produce el agua.

En la zona donde se realizó el segundo sondeo no aparece un tramo competente hasta los 6 metros, por lo que si se decide cimentar una escollera, debería ser a unos 2,50 metros, requiriéndose también de un drenaje que podría consistir en una zanja drenante en la cuneta del desmonte que llegase a la mayor profundidad posible.

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