Tres años de cárcel por atar a su hijo durante un fin de semana a la cama por vago

  • El Supremo ha rebajado la pena de cinco años y cuatro meses a tres años.
  • El padre, de Cádiz, castigó a su hijo porque ni estudiaba ni trabajaba.
  • Además de atarle, le propinó varios puñetazos antes de atarle con una cadena.
El Tribunal Supremo (TS) ha rebajado de cinco años y cuatro meses a tres años de cárcel la pena impuesta a un hombre que, en marzo de 2005, agredió y mantuvo a su hijo durante un fin de semana atado al pie de la litera en la que dormía como castigo al no tener disposición ni al trabajo ni a los estudios. Asímismo, se prohibió al acusado aproximarse a su hijo o comunicar con él durante cuatro años y al resto de la familia durante dos.

Según explica la sentencia, el padre, Luis A.C., se hallaba desde hacía tiempo preocupado por la marcha de los estudios de sus dos hijos varones, quienes habían dejado de ir al colegio y a las clases particulares que les pagaba, a la vez que "llegaron a falsificar las notas".

Finalmente uno de ellos ingresó como soldado de la Infantería de Marina y el acusado creyó que sería bueno que el otro también fuera a las Fuerzas Armadas.

Se dedicaba exclusivamente al break-dance con otros amigos
Cuando ingresó en el centro de instrucción al segundo día se marchó del cuartel y continuó su vida en San Fernando "dedicándose exclusivamente al break-dance con otros amigos", lo que "no dejaba de enojar a su padre que veía cómo pasaba el tiempo sin notar disposición ninguna de su hijo ni al trabajo ni a los estudios".

Detención ilegal y lesiones 

Tras ello, en marzo de 2005 ambos iniciaron una discusión y el acusado propinó a su hijo varios puñetazos y golpes con una porra de madera, lo que le produjo contusiones, y le condujo a su habitación, donde tomó una cadena de hierro y le ató al pie de la litera.

Así permaneció contra su voluntad sin poder salir del cuarto durante todo ese día y el siguiente -sábado y domingo- siendo liberado únicamente para que pudiera realizar sus necesidades fisiológicas.

El acusado, "a quién temían su esposa y sus hijos por su carácter violento", conminó al resto de moradores de la vivienda a abstenerse de llamar a la policía, cuyos agentes fueron los que le liberaron tras ser alertados por el propio hijo al día siguiente al lograr alcanzar un teléfono.

El TS recuerda que la conducta del recurrente "es el producto de una situación que se extiende en el tiempo y sobre la que el acusado no puede controlar viéndose desbordado por la conducta de vago redomado del hijo tal y como se dice en la sentencia". El TS le absuelve del delito de coacciones del que se le acusó en un primer momento y le condena por amenazas no delictivas con la circunstancia agravante de parentesco.

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