Lujua afirma que la reforma eléctrica es "un ataque a la línea de flotación" de la industria vasca

Apunta que el incremento de costes para el tejido productivo vasco será del 25% para una de cada dos empresas
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EUROPA PRESS
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El presidente de Confebask, Miguel Ángel Lujua, ha afirmado que la reforma eléctrica es un "ataque a la línea de flotación" de la industria vasca que incluso puede poner en "riesgo" una "incipiente recuperación" y ha apuntado que, según las estimaciones realizadas, el incremento de costes que la reforma implicará para el tejido productivo vasco será del 25 por ciento para una de cada dos empresas y del 30 por ciento, o incluso más, "para otra buena parte".

En un post publicado en su blog, ha afirmado que, en estos momentos, cuando todavía no se ha aplicado el proyecto de reforma del sector eléctrico, el precio medio de la energía es para las empresas españolas un 17,6 por ciento superior al de la Zona Euro y un 28,7 por ciento mayor que el que pagan de media las empresas alemanas.

"Un diferencial éste que con las modificaciones que entraron en vigor en agosto y las que se prevé lo hagan en enero va a incrementarse de forma ostensible y preocupante en extremo", ha agregado.

"graves consecuencias"

Lujua ha señalado que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo calcula que la reforma prevista aumentará en un 7,5 por ciento la factura eléctrica empresarial, pero ha apuntado que, según las primeras estimaciones realizadas entre las empresas vascas, esa cifra "dista mucho de la realidad" y "traerá a buen seguro graves consecuencias para todos".

El presidente de Confebask ha asegurado que las empresas vascas "van a sufrir, de hecho, esta situación de una manera especialmente dramática, por cuanto la reforma no solo perjudica de forma directa la competitividad del sector industrial", sino que, además, la vasca es una industria de consumo energético "intensivo, siendo los sectores siderúrgico y papelero su principal exponente".

Lujua ha apuntado que, si se tiene en cuenta que en el País Vasco radica el 40 por ciento de las empresas españolas del sector siderúrgico o que por cada empleo directo de este sector se generan cuatro empleos indirectos, "podremos todavía apreciar mejor su efecto".

Según ha manifestado, atendiendo a diversas estimaciones, el incremento de costes que la reforma implicará para el tejido productivo vasco será del 25 por ciento para una de cada dos empresas y del 30 por ciento, o incluso más, "para otra buena parte".

Lujua ha precisado que, si se parte de la base de que ya actualmente la factura anual del sector manufacturero vasco se acerca a los 1.000 millones de euros, está claro que "la iniciativa representa un ataque directo contra la línea de flotación de nuestra industria y contra lo que ésta representa como motor y sostén no solo de nuestra economía y empleo, sino también de nuestras posibilidades de recuperación ante la crisis". "Una incipiente recuperación económica que esta reforma puede incluso poner en riesgo", ha advertido.

"Se da, además, la circunstancia de que el desorbitado sobreesfuerzo que se exige a las empresas se produce no solo cuando éstas se encuentran más debilitadas por efecto de la coyuntura, las dificultades financieras y de mercado, sino también cuando la única alternativa existente para superar la situación pasa por exportar", ha asegurado.

Lujua ha señalado que exportar "con una mochila del calibre de la que ya existe, por éste y otros costes, sumándole ahora nuevas desventajas competitivas se antoja, sin embargo, una misión cada día más difícil".

"El efecto es todavía más acusado si se tiene en cuenta que el paulatino aumento de la factura eléctrica también está provocando un importante roto en el bolsillo de las familias y, por tanto, en el del consumo interno, impactando no solo en la industria, sino también en el sector servicios y, consiguientemente, en el empleo que ambos sectores proporcionan", ha añadido.

Lujua ha manifestado que las medidas previstas no solo no atajan las causas reales del problema, ni plantean un modelo de futuro, sino que "ni siquiera resuelven los problemas de competencia", ni tampoco "evitan el propio déficit de tarifa, que este año se situará entre los 2.500 y los 3.000 millones de euros".

"Puestas así las cosas, lo que se impone, además de la cordura, es una reflexión sobre el modelo energético que resulta mejor y más eficiente, un modelo que, ante todo, no penalice a la industria ni la deje fuera del mercado, así como un esfuerzo conjunto por parte de todos los afectados para hacer comprender al Ministerio la problemática específica del País Vasco, siendo desde este punto de vista muy positivas la iniciativas conjuntas que tanto desde el Gobierno vasco, como desde Confebask y las propias empresas estamos realizando en la confianza de obtener algún fruto", ha añadido.

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