Todas estas trampas al volante suelen tener un denominador común: son atajos para evitar rodeos que, en la mayoría de casos, supondrían perder entre uno y tres minutos al conductor, a lo sumo.

El centro es donde más infracciones  sobre ruedas se producen. En esta zona, la más repetida es cruzar por calles peatonales, como pasar por la Plaza Mayor, la acera de Recoletos (ahora que ya vuelve a estar prohibido salvo carga y descarga y entrada a garajes), salida del aparcamiento de la Casa de la India por una acera o seguir recto por la calle Bao desde San Martín hasta San Blas.

«En algunos casos se hace por desconocimiento, alguien de fuera que se mete por una calle peatonal, pero otras veces es de forma voluntaria. Son conductores que saben de sobra que no se puede pasar, pero que tratan de engañar», explican desde la Policía Municipal.

Las pirulas también se repiten con frecuencia en La Rondilla. Aquí, las más habituales son giros indebidos para evitar rodeos.

En Parquesol, Delicias o Girón, por ejemplo, las infracciones más repetidas están relacionadas con cambios de sentido incorrectos.

«Si las ve un agente, se multa, pero no puede haber alguien todo el día en cada esquina para que los conductores no se salten las señales», explican desde la Policía Municipal.

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La doble fila de vinos y tapas

Hay barrios, como Rondilla, en los que la doble fila es necesaria para que quepan todos los coches del barrio, pero hay otras calles donde es habitual verlos a la puerta de bares o tiendas: la avenida de Segovia, la calle Panaderos, Embajadores, zonas de copas (San Miguel, San Blas, Paraíso),  la calle Soto, Bailén... Allí los coches están parados en las cristaleras y así el dueño ve si impide salir al que está bien aparcado, pero no se da cuenta de que también quita un carril de circulación.

Líneas continuas como si no hubiera

No se pueden saltar, pero en la calle Hípica (pl. del Ejército) la pasan para ir hacia el paseo de Zorrilla y en la calle Costa Brava para seguir hacia la Rondilla, en vez de seguir hacia la ronda.

Túnel de labradores Atascados

Antes de llegar al túnel de Labradores hay cinco señales que avisan de la altura máxima. Aun así, todos los años se quedan atascados media docena de camiones porque son demasiado grandes.

Una por una

Éstas son algunas de las infracciones más corrientes en nuestra ciudad:

Calles peatonales

Acera de recoletos. Muchos conductores siguen circulando por esta calle, aunque ya está abierta Miguel Íscar. Hay señales que lo prohíben en todos los accesos. Sólo pueden pasar taxis, buses, repartidores y vecinos.

Calle india. El acceso y salida al aparcamiento es por la calle Guardería y no por la acera de La India para atajar a Puente Colgante.

Padilla. Hay conductores que siguen todo recto por Ramón y Cajal, cuando el primer tramo de Padilla es peatonal y hay que rodear por San Martín.

Giros de 180 grados

Parquesol. Los coches giran sin hacer caso a las señales en muchos cruces, sobre todo de Hernando de Acuña.

Avenida gijón. A la altura de la calle Enseñanza giran sin hacer rotonda para ir hacia el colegio Cristo Rey.

Giro imposible

Alonso pesquera. Es imposible girar desde José Mª Lacort, pero muchos conductores lo intentan realizando maniobras de marcha atrás.

Evitar media rotonda

Glorieta de vallsur. Para dejar la ronda hay que hacer la rotonda, pero muchos conductores cruzan a las bravas por el medio.

Reservado para bus

Cardenal torquemada. Los coches no pueden ir hacia San Pablo por el lateral del instituto Zorrilla, pero aun así lo hacen.

Giros prohibidos

Portillo Balboa. Hay que girar a la derecha e ir hacia Sta. Teresa, pero van al revés, hacia Gondomar.