Y es que De profundis es un trabajo a cuatro manos. Ni una más ni una menos. Y también el fruto de una amistad. Miguelanxo Prado soñó esta película y en su mente había música. Cuando llegó el momento de convertirla en realidad llamó a su amigo Nani García, compositor sobre todo de jazz, para que soñase una música que acompañase al pintor que protagoniza la onírica historia del filme.
Hace tres años que comenzó un proceso artesanal con tan pocos implicados que incluso el dibujante y el músico crearon su propia productora para que el sueño se realizase. La compañía coruñesa Continental se les unió después y les dio el respaldo necesario para que De profundis se estrene hoy en salas de toda España. Su debut en la animación es tan insólito en el mundo del cine que pocos se atreven a predecir su futuro. Pero quizá traiga algún que otro premio. Por ahora, ya está nominada al Goya a la mejor película de animación.
* España, 2006. Dir.: Miguelanxo Prado. Dur.: 75 min.
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