«Bilbao es combatiente, transgresor, revolucionario»

Le gusta mostrarse ajeno a la arquitectura, incluso al diseño, al menos en el sentido formal.
Nace en París en 1949.
Nace en París en 1949.
Nace en París en 1949.
Se define como un Robin Hood que pretende democratizar sus diseños, es decir, abaratarlos, conseguir que cualquiera pueda disfrutar de una marca, la marca Starck, quizá la más prestigiosa del mundo. Y la Alhóndiga de Bilbao empieza a ser un ejemplo de su filosofía.

¿Sabía que el arquitecto Jean Nouvel proyectará al lado de la Alhóndiga?

Si tengo que decirle la verdad, no tenía ni idea.

¿Pero conoce a Nouvel?

Le conozco como persona, pero no como arquitecto. Y,  desde, luego para mí no supone ninguna competencia que planifique un edifico al lado de la Alhóndiga.

¿Conocía Bilbao antes de aceptar la tarea de diseñar la Alhóndiga?

Nunca me han interesado las ciudades como un conjunto de edificaciones, como materia, sino que me fijo en la energía de esa ciudad, en su personalidad, en la fuerza y en la vida que emana de sus habitantes. Intuitivamente, necesito saber que esa ciudad en la que voy a trabajar tiene energía. Y me bastan unos poco minutos para saber si una ciudad tiene esa cualidad.

Entonces, ¿Bilbao le transmitió esa sensación?

Sin vivir aquí, yo había recibido las vibraciones de esta ciudad. De hecho, en un principio no quería aceptar el trabajo, pero insistieron, y entonces percibí que Bilbao es una ciudad combatiente, transgresora, revolucionaría, política. Y eso me basta para decir sí. Sin demagogia. Comparto vuestros sueños, los sueños de los bilbaínos.

Usted habla de valores estéticos, como el fuego, la vida... pero dice que trabaja pensando en el ciudadano. ¿No es contradictorio?

Sí y no. No me interesa el diseño como tal. El objeto no es el fin, sino el medio. Si fuese lo suficientemente talentoso, utilizaría textos legales, libros... cualquier cosa para hacer mi trabajo. Todo es mero pretexto para hablar de otra cosa. Intento transformar este oficio en algo mejor. Trato de hacer más feliz a la gente.

El estilo Stark vende bien. Sin embargo, dice que ha ideado una Alhóndiga en la que no se reconoce su forma de trabajar.

No sólo no admito a quien compra un producto sólo por ser Stark, sino que le desprecio. Yo me debo a quien intuye la calidad, a quien va a un hotel diseñado por mí porque le gusta, no porque es de Philippe Stark. Mi papel es desaparecer. He eliminado el elitismo. La palabra diseño debe desaparecer. Es inútil.

Bio

Nace en París en 1949. Ha diseñado hoteles, relojes, mobiliario... y ahora trabaja en el diseño interior de la Alhóndiga de Bilbao.

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