Condenado a 19 años de cárcel por violar y agredir sexualmente a sus dos hijas menores durante años

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a 19 años y 10 meses de prisión a un hombre, de iniciales J.A.T.G., por violar y agredir sexualmente a sus dos hijas menores de edad durante años, a las que además debería indemnizar con 30.000 euros a cada una.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a 19 años y 10 meses de prisión a un hombre, de iniciales J.A.T.G., por violar y agredir sexualmente a sus dos hijas menores de edad durante años, a las que además debería indemnizar con 30.000 euros a cada una.

El tribunal considera probado en su sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, que el procesado, de 46 años, comenzó a partir de 2001 a abusar sexualmente de la más mayor de sus hijas, que entonces tenía once años, con falsos pretextos y alusiones a la falta de deseo de su esposa, en el domicilio familiar que tenían en Lleida.

Se introducía en su cama y le realizaba tocamientos, y cuando ya cumplió 13 años, aprovechando que su mujer y madre de las niñas no estaba en la casa, la violó, después de haberle prometido que la dejaría salir con sus amigas.

Los episodios de abusos sexuales continuaron cuando la niña tenía 15 años, a la que el padre le dijo que le compraría una moto si accedía a sus pretensiones. Ya a partir de los 17 años, la joven se negó a mantener relaciones sexuales con su padre.

Fue entonces cuando, a finales de julio de 2006, cuando ya vivían en Loja (Granada), comenzó a abusar sexualmente de su otra hija, que entonces tenía once años. Le decía que lo que hacía era por su bien y continuó sometiéndola a abusos hasta 2012, siempre con la excusa de que si no accedía a sus peticiones no la dejaría salir con sus amigas, y advirtiéndole de que si lo contaba nadie le iba a creer.

El inculpado era además muy estricto con sus hijas en cuanto a su educación y las reprendía los defectos que, según su criterio, pudieran tener en los estudios o las tareas diarias de la vida común. De hecho, llegó a coger del cuello a su hija mayor como consecuencia de una abultada factura telefónica. Además, en abril de 2012, para castigarla por haberse ausentado de su casa sin su consentimiento, la encerró en el bañó y comenzó a golpearla con una vara que previamente había cortado de un árbol.

La joven consiguió que la agresión cesara cuando pudo abrir la ventana para entraran su madre y su tía. El padre se marchó entonces del domicilio, pero fue detenido cuando deambulaba por un paraje apartado por agentes de la Policía Local de Loja, a quienes reconoció que era consciente del mal que había hecho y que no había tenido valor para quitarse la vida, después de haber sido informado de la denuncia presentada contra él.

La Sección Segunda le atribuye dos delitos continuados de abusos sexuales, y le impone por el primero 10 años de prisión, más otros nueve años de libertad vigilada, y por el segundo nueve años de cárcel, con la prohibición de acercarse o comunicarse con sus hijas por una década. Además, lo condena por un delito de lesiones leves a otros diez meses de prisión, al pago de 30.000 euros de indemnización a cada una de sus hijas, y al pago de las costas.

Contra la sentencia cabe interponer recurso de casación ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

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