El Informe de seguimiento de la Agenda 21 revela los datos del 2005 y demuestra como en zonas como Gràcia la concentración de Dióxido de Nitrógeno (NO2) llega a 83 microgramos por m3, cuando el índice recomendado por la UE es de 40 microgramos por m3.El NO2, un compuesto químico perjudicial para la salud y generado por el tráfico y la actividad industrial entre otros factores, tiene también una elevada presencia en l’Eixample (68 microgramos/m3), seguido por Sants (49 microgramos/m3) y la zona de Ciutadella (48 microgramos/m3).
Menos zona verde
También en el caso del Dióxido de Carbono (CO2), uno de los gases del efecto invernadero, llegó en el último año de que se disponen datos (2004) a 3,13 toneladas por habitante emitidas al año, frente a las tres toneladas del año anterior.
El informe de la Agenda 21 demuestra también que la calidad ambiental de las playas ha empeorado y que la superficie verde por habitante ha disminuido. Eso sí, los barceloneses seleccionan más y mejor los residuos y se ha reducido el consumo de agua.
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