Desarticulado un grupo que hacía grandes extracciones de dinero con tarjetas de clientes de un club

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo organizado que presuntamente se dedicaba a realizar grandes extracciones de dinero con las tarjetas de crédito de los clientes de un club. Al parecer existía una connivencia entre el dueño del local, las personas de seguridad y las chicas que ofrecían servicios en el establecimiento, según ha informado Jefatura en un comunicado.

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo organizado que presuntamente se dedicaba a realizar grandes extracciones de dinero con las tarjetas de crédito de los clientes de un club. Al parecer existía una connivencia entre el dueño del local, las personas de seguridad y las chicas que ofrecían servicios en el establecimiento, según ha informado Jefatura en un comunicado.

En la operación han resultado detenidos tres hombres y tres mujeres, de entre 25 y 33 años, de origen español, kazajo, ucraniano y rumano, a los que se les imputan los delitos de pertenencia grupo criminal, estafa y contra la salud pública, además del delito de falsificación documental y coacciones al dueño del local.

La Policía abrió una investigación hace unos meses, cuando averiguó que varios hombres extranjeros habían sufrido grandes extracciones de dinero con sus tarjetas de crédito sin su consentimiento. Los policías descubrieron que todas las víctimas habían acudido al mismo club de Valencia, y allí algunos de éstos, en un momento determinado, habían perdido de vista sus tarjetas. Además, varias víctimas dijeron haber tenido una sensación de pérdida de memoria y de conciencia tras ingerir determinadas bebidas.

A través de las gestiones realizadas, los investigadores determinaron que al día siguiente de que estos hombres extranjeros visitaran el club, en sus cuentas bancarias se habían hecho varios cargos muy elevados de dinero, que no se correspondían con los servicios que, al parecer, les habían realizado.

Posteriormente, los policías localizaron el club e identificaron a las personas que allí trabajaban, varias mujeres, dos hombres con funciones de seguridad y el propietario del club. Los sospechosos utilizaban las tarjetas de los clientes cuando éstos se las facilitaban para pagar los servicios y, posteriormente, les realizaban nuevos cargos con grandes cantidades de dinero. Los investigadores averiguaron que el dueño y trabajadores presuntamente actuaban como un auténtico grupo criminal con las funciones delimitadas cada uno de ellos.

El grupo realizaba los cargos no autorizados por los clientes al día siguiente de que éstos visitaran el club, transcurriendo un tiempo aproximado entre cargo y cargo de unos veinte minutos, hasta que se producía una operación denegada, momento en que uno o dos minutos después intentaban efectuar otro cargo, generalmente por la mitad del cargo denegado anteriormente.

Además, algunas de las víctimas tras ingerir generalmente bebidas alcohólicas en el club decían haber notado la disminución de su capacidad de discernir, acompañado de una sensación de pérdida de memoria y de conciencia. Un ciudadano canadiense sufrió varios movimientos no consentidos con su tarjeta de crédito, ascendiendo la cantidad total a más de 11.000 dólares australianos; y a un neozelandés de casi 3.000 euros.

Los policías pudieron detener a los sospechosos y realizaron un registro del club en el que intervinieron tres datáfonos; diversa documentación, tickets de los pagos con datáfonos y un sello automático; 13 botellas con líquido en su interior, de diversos tamaños, una de ellas con el sistema de vertido manipulado; y un bote blanco con un líquido en su interior.

Los datáfonos y el líquido de las botellas serán analizados para determinar si han sido manipulados, así como su contenido. Los detenidos, tres de ellos con antecedentes policiales, fueron puestos a disposición judicial.

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