La mayor parte de los alumnos restantes, los de nueva matriculación, son inmigrantes. De los 740, sólo 210 son españoles y otros 42  son niños residentes en Zaragoza pertenecientes a minorías étnicas que estaban sin escolarizar. El resto se reparten entre inmigrantes hispanos (214) y niños procedentes de países de lengua no castellana (274).

La llegada de alumnos extranjeros dificulta, según los docentes, el ritmo en las aulas. «Estos niños requieren mucha más atención que el resto de sus compañeros», explica Marisa Pascual, de CSI-CSIF.

Pocas plazas vacantes

Cada vez es más difícil encontrar una vacante en los centros educativos para todos estos niños que llegan fuera de plazo. Los padres tienen pocas opciones para elegir y una minoría de centros, ninguno de ellos concertado, acaban recibiendo a la mayor parte de los nuevos alumnos.

«En el último mes y medio se han matriculado aquí cerca de 60 niños, todos inmigrantes», explica el director de un centro de Torrero. La situación se repite en una decena de colegios, aquellos que los padres zaragozanos descartaron en el proceso de admisión ordinario, según los sindicatos.

El principal problema se da en las aulas de segundo de primaria, que en algunos casos superan ya los 26 alumnos por clase. La escasez de vacantes es preocupante en Actur (queda una plaza), Delicias (dos plazas), Monsalud (dos) y el entorno de plaza España, Montecanal y Camino de las Torres, donde no queda ni una vacante, según la comisión.

En primero de infantil la situación es algo mejor, aunque ya hay centros que recurren a las plazas reservadas para alumnos con necesidades específicas.

En este caso, las zonas con más carencias son La Jota, La Almozara, Montecanal y el entorno de la avenida de América.