A pesar de la falta de reservas, la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería (Feprohos) calcula que actualmente el 75% de los bares vigueses ya se ha adaptado al nuevo requisito de la ley antitabaco, cuando en diciembre el porcentaje rondaba el 60%.

Sin embargo, la Federación recoge las continuadas quejas de los empresarios por el trastorno que supone activar el mando a distancia cada vez que un cliente quiere una cajetilla. «Es muy incómodo dejar de atender para activar la máquina», señalan los hosteleros.

Además, supone un gasto de 200 euros para el que a los hosteleros les gustaría recibir ayudas. «El gasto es importante y no todos están dispuestos o son capaces de afrontarlo», explican desde Feprohos.

Las quejas de los clientes no son habituales, pues los trabajadores del sector no tienen constancia de ellas.

Todavía no hay control

El fin de este dispositivo es dificultar el acceso de los menores al tabaco. Sin embargo, desde la Federación de Empresarios de Hostelería aseguran que «por ahora los inspectores no han venido a controlar». Si lo hiciesen, los hosteleros no adaptados tendrían que abonar entre 10.000 y un millón de euros como sanción. Desde la entrada en vigor de la ley antitabaco en Galicia se han impuesto 208 multas.