El Gobierno de Gibraltar ha hecho un llamamiento a los gibraltareños para que denuncien los ataques y amenazas que puedan haber recibido desde el pasado mes de julio por parte de las autoridades españolas con el objetivo de elaborar un dossier con una recopilación de todos ellos.

El Ejecutivo de Fabian Picardo pide la colaboración de todos los "gibraltareños y otros residentes" para informar de "casos reales o amenazas de violencia y agresión hacia las personas o propiedades, incluyendo vehículos" que hayan sufrido en España desde finales de julio.

El objetivo, según ha explicado el viceministro principal gibraltareño, José García, es elaborar un "expediente separado" para contar con una recopilación de los incidentes registrados "para un propósito específico", aunque no ha precisado cuál es.

En un comunicado, las autoridades gibraltareñas han reclamado así una compilación de "experiencias de comportamiento grosero, ofensivo o intimidatorio" acreditando que la víctima "es de Gibraltar, tiene una conexión con Gibraltar o conducía un vehículo con matrícula de Gibraltar".

"Este comportamiento agresivo puede ser por parte de los funcionarios o de los ciudadanos de a pie en el otro lado de la frontera", señala el Ejecutivo del Peñón, que pide que en las notificaciones se consigne la fecha, hora y el lugar del incidente, así como una descripción del mismo y, si se posee, fotografías, vídeos y grabaciones de audio.

En la frontera,

Como con franco

En un artículo enviado a la revista INTERLIB, el viceministro principal de Gibraltar ha acusado a España de abandonar el diálogo sobre la crisis y ha denunciado la demora intencionada por parte de las autoridades españolas en la frontera, que ha comparado con la "impuesta por el general Franco en 1960".

"Franco fracasó y sus sucesores fracasarán también (...) Pero la España de Franco podía burlar las leyes de la decencia y el sentido común en su frontera con Gibraltar casi con impunidad. El actual Gobierno español está limitado por las leyes de la Unión Europea y por las opiniones de muchos de sus propios ciudadanos, incluidos políticos, que no están de acuerdo con lo que está pasando", señala.

Finalmente, García recuerda que el derecho a la libertad de movimiento no es el único principio en juego en esta disputa. "Se trata de un pequeño pueblo en un pequeño país que están siendo abiertamente acosado por su gran vecino con el fin de intimidarles para la sumisión. Hay que ponerse de pie ante los acosos, porque esto es parte de lo que significa ser un demócrata", concluye.