El tercer rescate a Grecia no contagiará a España ni pondrá en crisis el euro, según los analistas

Manifestantes sostienen fotografías de conocidos artistas y escritores durante una manifestación en contra del cierre de la televisió pública griega ante el Parlamento griego.
Manifestantes sostienen fotografías de conocidos artistas y escritores durante una manifestación en contra del cierre de la televisió pública griega ante el Parlamento griego.
EFE/Fotis Plegas G.
Manifestantes sostienen fotografías de conocidos artistas y escritores durante una manifestación en contra del cierre de la televisió pública griega ante el Parlamento griego.

Grecia necesitará un tercer rescate financiero para poder afrontar sus obligaciones el año que viene. Era un secreto a voces que las autoridades y mandatarios europeos llevaban meses aireando, pero la semana pasada el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, lo hizo explícito. "Está claro que pese a los recientes progresos, los problemas de Grecia no se habrán resuelto por completo en 2014. Es realista asumir que se necesitará ayuda adicional más allá del programa", ha señalado este jueves ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.

"Creo que era esperable desde hace meses viendo la insuficiente reducción de la ratio deuda pública/PIB de Grecia tras las reestructuraciones anteriores y las paupérrimas previsiones de crecimiento económico. Los datos de 2013 previstos por el FMI en abril daban un crecimiento del PIB del -4,2%, una tasa de paro del 27% y una ratio deuda pública/PIB del 179%. Con estas previsiones, es obvio que es necesario reestructurar la deuda para que pueda volver a crecer", señala Joaquín Maudos, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad de Valencia.

Los anteriores planes de rescate griegos (el primero se aprobó en mayo de 2010) supusieron una profunda crisis tanto para la eurozona como para España en concreto. Y es que las negociaciones de entonces (con países que se resistían a costear la deuda griega) provocaron pánicos en los mercados ante una posible ruptura del euro, lo que afectó a los países considerados "periféricos" (España, Portugal, Irlanda, Italia...), aquellos que presentaban mayores desequilibrios estructurales y una posición deudora neta respecto al núcleo europeo.

Queda por delante ahora una nueva negociación entre las autoridades europeas y el Gobierno heleno, con las elecciones alemanas a la vuelta de la esquina. Es por esto que la canciller alemana, Angela Merkel, ya ha dejado claro que no se tomarán decisiones como mínimo hasta otoño. A la vista de las incertidumbres que todavía se mantienen respecto a este tercer rescate a Grecia, ¿Es posible que se repita una crisis como la vivida en 2010 y 2011? De ser así, ¿Podría afectar a España?

Cambio en las expectativas

"Para España este tercer rescate griego no supondrá nada porque ha cambiado la perspectiva de los mercados. Un indicador como la prima de riesgo lo demuestra", opina José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra. Tal como recalca, los mercados antes respondían a unas expectativas en las que el riesgo de Grecia afectaba a España. "Ahora esa ligazón se ha roto", dice.

La clave de este alejamiento del peligro está en el cambio de percepción desde el exterior y la mejor reputación que ha adquirido España. Hace un año, todos los analistas y actores del mercado hablaban de España y sus bancos. "Hoy, incluso el presidente Obama alaba los progresos de la economía española. Es solo una anécdota, pero sirve como reflejo del cambio de situación", indica García Montalvo.

La letanía de que "España no es Grecia" es ahora más cierta que hace un par de años. Sobre todo a ojos de los inversores internacionales, que desde hace meses han vuelto a invertir en el país, sobre todo en el mercado inmobiliario. En 2010, en cambio, no eran pocos los inversores que, o bien vendían, o bien mantenían posiciones bajistas (apostando por una caída) respecto a España.

Apoyo unánime de Europa

En este futuro nuevo rescate a Grecia, en opinión de los analistas consultados por este diario, no parece que vaya a estar en juego, ni mucho menos, la supervivencia del euro. Y es que las palabras pronunciadas el año pasado por el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, dejando claro que hará "lo que haga falta" para garantizar la supervivencia del euro, han convencido a todos aquellos que dudaban.

"Las autoridades, al contrario que en otros momentos, han sido tajantes a la hora de garantizar un apoyo de la eurozona para Grecia. Ha habido unanimidad, lo que ha evitado cualquier efecto contagio", explica Victoria Torre, analista de Self Bank. Así, aunque no se sabe aún qué cantidad será necesaria para que Grecia pueda seguir adelante, los expertos no creen que se vuelva a cometer el mismo error del primer y segundo rescates, cuando no se puso todo lo que era necesario.

Junto al nuevo préstamo, es probable que Grecia necesite además una quita (que podría rondar los 7.500 millones de euros); es decir, una reducción voluntaria (por parte de los acreedores) de la deuda para no verse ahogado por el pago de los intereses. "Una quita duele por la pérdida que supone para los países, bancos y personas que las asumen. Pero como en un concurso de acreedores, el objetivo debe ser salvar la empresa para que retorne al crecimiento. Y si la quita es insuficiente, la empresa no es viable y acaba liquidándose", concluye el profesor Maudos.

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