Cameron solicita un encuentro bilateral con Rajoy en San Petersburgo durante la cumbre del G-20

El primer ministro británico, David Cameron, ha solicitado mantener un encuentro bilateral con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, durante su asistencia a la cumbre del G-20 en San Petersburgo, han informado a Europa Press fuentes de Moncloa.

El primer ministro británico, David Cameron, ha solicitado mantener un encuentro bilateral con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, durante su asistencia a la cumbre del G-20 en San Petersburgo, han informado a Europa Press fuentes de Moncloa.

Según han indicado estas fuentes, la reunión no se ha cerrado todavía. Hasta el momento, la única bilateral que está confirmada es con el presidente ruso, Vladimir Putin, que se celebrará este viernes por la tarde tras finalizar la cumbre. Inmediatamente después, Rajoy viajará a Buenos Aires.

De confirmarse, el encuentro entre Rajoy y Cameron estará marcado previsiblemente por el contencioso con Gibraltar, por el que ambos mandatarios ya mantuvieron una conversación telefónica en agosto, a iniciativa del 'premier'.

En su llamada, Cameron se quejó de las esperas para cruzar la Verja de Gibraltar por los controles de las fuerzas de seguridad españolas y el jefe del Ejecutivo defendió la legalidad de esos registros y se quejó del contrabando en la colonia británica.

Bloques de hormigón y controles en la verja

El conflicto surgió después de que las autoridades gibraltareñas lanzaran al mar el pasado julio 70 bloques de hormigón, según alegan, para construir un arrecife artificial en beneficio de la fauna y la flora marinas. Sin embargo, los pescadores españoles denunciaron que el objetivo era impedirles faenar y, de hecho, inutilizaron el caladero.

Después de este vertido, que el Gobierno llevó a la Fiscalía de Medio Ambiente, con una denuncia que comunicó a la secretaria de la Comisión Europea, las autoridades del Peñón denunciaron que se habían incrementado las colas para cruzar el control fronterizo.

Durante este tiempo, el Gobierno ha insistido en que es su obligación realizar registros en la frontera, ya que la colonia no forma parte del espacio Schengen, y tiene que garantizar el cumplimiento de la legislación sobre el tráfico de personas, bienes y mercancías.

Las protestas llegaron ante la Comisión Europea, que decidió enviar una misión de observación a la Verja, en un principio para comprobar las colas de las que se quejaba Gibraltar pero que después ha ampliado su ámbito de actuación al contrabando que denuncia el Gobierno español.

A estos incidentes se sumó la construcción de un nuevo espigón en la costa este de la colonia, que también ha sido denunciado por el Gobierno ante la Fiscalía de Medio Ambiente, al considerar son "contrarios" a la normativa de la Zona de Especial Conservación (ZEC).

El Gobierno ha defendido durante este tiempo que la situación en la colonia exige conversaciones con Reino Unido, que pueden ampliarse a las autoridades locales de Gibraltar y el Campo de Gibraltar. Su mensaje ha sido de voluntad de continuar con las relaciones bilaterales que mantiene con Londres, pero también de firmeza en la defensa de sus convicciones.

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