El discurso de Susana Díaz, sencillo y con acento andaluz, suena "cercano y auténtico"

  • Según un experto en comunicación no verbal.
  • Díaz ha hablado para el Parlamento y la calle, con acento andaluz y sencillez.
  • Ha mirado bien al auditorio, poco alborotado, y con un Zoido que transmitía "apatía o desgana".
  • De negro y blanco, la futura presidenta ha ido vestida acorde a su mensaje.
Susana Díaz durante su discurso en el Parlamento andaluz.
Susana Díaz durante su discurso en el Parlamento andaluz.
EFE
Susana Díaz durante su discurso en el Parlamento andaluz.

Pilo Martín, director general de Con Acento y experto en comunicación no verbal, analiza para 20Minutos el discurso de investidura de Susana Díaz.

Inicio dedicado a la mujer

Susana Díaz comienza bien el discurso enmarcando el hecho histórico que su investidura, por el hecho de ser mujer, supone. En otros casos, aludir a algo así para abrir el discurso sobraría y se tacharía de oportunista, pero mirándolo con perspectiva, el hito que supone no había obtenido la repercusión merecida en medios de comunicación y podía caer en el olvido o pasar desapercibido.

Su vestimenta acorde con su mensaje

La candidata a presidenta de la Junta de Andalucía ha optado por combinar blanco, en su chaqueta, con negro, en su vestido. Los tonos elegidos, lisos, favorecen la imagen en televisión.  Además, con acierto, ha elegido llevar tacones y falda en lugar de pantalones, potenciando su carácter femenino. El tono negro le otorga seriedad, profesionalidad y elegancia. El blanco, habitual en ella, da luz a su gesto, brillo y frescura, además de ser un color que nos evoca lo nuevo y limpieza.

Mensaje de renovación: "Solo los nuevos pilotos nos llevarán a nuevos horizontes"

Susana Díaz tenía en este punto una difícil tarea: abanderar un mensaje de renovación sin renunciar al trabajo de José Antonio Griñán y suyo propio. En este dilema es cuando la candidata consigue uno de los momentos álgidos de su discurso. Agradece su labor a Griñán y la decisión por dar paso recordando una frase suya, reconociendo al expresidente a la vez que lo hace a sí misma: Solo los nuevos pilotos nos llevarán a nuevos horizontes; el sentido aplauso (y silencio bien marcado) que le prosigue hacen que la frase quede en la memoria del oyente.  Por si fuera poco, el discurso está plagado de términos similares: "Redefinirlo todo", "Nuevo tiempo", "Renovada estrategia", entre otros.

También se defiende muy de pasada hablando de legitimidad: "La de las leyes" y "las de las urnas".  Hace bien en no dar más peso a justificaciones o defensas y aprovechar su discurso para su investidura en positivo, hablando de lo que es o será y no de lo que no es.  Haberlo hecho hubiese sembrado más dudas que haberlas aclarado.

Hablando para el Parlamento y la calle

Susana Díaz es una cara nueva para los ciudadanos pero una cara bien conocida para los políticos. Eso le da ciertas ventajas e inconvenientes. En todo caso, la candidata ha mostrado un respeto al Parlamento por encima de lo que se esperaba. Su discurso ha sido correcto y se ha dirigido, en su mayoría, a los parlamentarios, con poca demagogia.

Muchas propuestas concretas encima de la mesa y muy pocas historias que apelen a los sentimientos. Sin embargo, Díaz ha dejado varios titulares que llegarán a la ciudadanía ("De un gobierno para los ciudadanos a un gobierno por los ciudadanos" // "Un gobierno abierto y valiente" // "Un político debe prestar atención a la desigualdad, no solo al ibex35") y ha explicado algunas cosas de forma sencilla, con acierto, como el ejemplo de los mileuristas, hace cinco años vistos como empleos precarios y en la actualidad empleos deseados por la ciudadanía. Al final, esa sencillez del día a día es la que llega a la gente.

El acento, suma más que resta

Susana Díaz, defensora de su acento, hace bien en conservarlo. Si bien en ocasiones sesea en exceso, su dicción es clara y se le entiende sin ningún tipo de problema. El acento de Díaz le proporciona cercanía a sus ciudadanos y autenticidad.

Propuestas en forma de discurso identitario

En el contenido de su discurso, Susana Díaz ha cumplido todo lo que se esperaba: dureza contra la corrupción, política de igualdad, agricultura, innovación y empleo… y alguna sorpresa como gobierno abierto y participativo.

Quizás más propuestas de las que podamos digerir han hecho que el ritmo del discurso perdiese intensidad en determinados momentos y las propuestas estrellas, que darían para un par de tertulias, hayan quedado diluidas. Sin embargo, la candidata se ha obsesionado con aclarar algo por encima de sus propuestas: su actitud. Ha dejado claro como quiere ser como presidenta, como quiere hacer las cosas y además lo ha comparado con lo que otros hacen. "Frente a" como anáfora (repetición al comienzo de la oración) y otras comparaciones se han sucedido, dando ideología al discurso.

También ha hecho guiños a los que fueran sus compañeros como consejeros (y no se sabe si sus futuros consejeros), en especial a María Jesús Montero, Mar Moreno y Antonio Ávila (Sanidad, Educación, Empleo y Universidad), y los esperados a Izquierda Unida, aunque eso sí, ha matizado el esperado "Banco de Tierras" llamándole "Observatorio".

Discurso leído y un poco de nervios

En un discurso que ha durado algo más de una hora es comprensible que se lleven notas. A pesar de leer, ha mirado bien al auditorio. Se ha echado en falta momentos de mayor conexión, como una conclusión sin leer. Sus manos además han sido presas del papel. Quizás nuestros políticos deberían empezar a pensar en el uso del teleprompter (un cristal visible solo para el orador dónde se proyecta el discurso, como en los telediarios), muy común en mítines y discursos en Estados Unidos y que te permite tener las manos libres y mirar al público a la vez que lees.

Se le han notado algo de nervios a Díaz en un par de momentos en los que no hacía pausa, el público aplaudía y se producía una interrupción poco fluida. Ha tenido tan poco impacto que no le ha hecho perder credibilidad.

La audiencia: poco alboroto y mala postura de Zoido

Respecto a uno de los temas comentados en twitter, la tibieza de los aplausos, hay que comprender las diferencias del Parlamento andaluz con otros hemiciclos a los que estamos acostumbrados, como el Congreso de los Diputados. Además de aspectos como la acústica y la posición de las bancadas, el número de parlamentarios es mucho menor, con 109 escaños, por lo que, con el silencio lógico del Partido Popular, menos de 60 personas aplaudían a Susana Díaz, su grupo e Izquierda Unida.

Es precisamente la forma de la bancada, muy cerrada y cercana, la que le ha jugado una mala pasada a Juan Ignacio Zoido. El portavoz popular, que intervendrá mañana, ha sido enfocado en varias ocasiones por la cámara mostrando una postura que trasmitía apatía o desgana. Hacia atrás, girado y con el codo encima de la mesa, hubiese sido más acertado estar incorporado y tomando notas, lo cual demuestra interés  y atención.

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